Publican la narrativa de Francisco Ayala, un clásico de las letras hispanas

  • Ana Mendoza.

Ana Mendoza.

Madrid, 11 mar.- Francisco Ayala, uno de los grandes autores españoles del siglo XX, quería ser recordado por su narrativa, que aparece ahora reunida en un nuevo tomo de sus obras completas. Una excelente ocasión para comprobar por qué este escritor, fallecido en 2009, es un clásico de las letras hispanas.

El volumen, que contiene obras tan importantes como "Los usurpadores", "Muertes de perro" o "El jardín de las delicias", se presenta el martes en Madrid en un acto en el que intervendrá la viuda del escritor, Carolyn Richmond, editora de estas obras completas que publica Galaxia Gutenberg, y José Manuel Blecua, director de la Real Academia Española.

"Su estilo, a la vez clásico y moderno, es único e inconfundible", asegura Carolyn Richmond en una entrevista con Efe, que tiene lugar en su casa de Madrid, la misma que compartió con Ayala en los últimos años de vida del escritor, cuyo rostro mira al visitante desde las excelentes fotografías que adornan las paredes.

"Francisco está dentro de mí; me siento mucho menos sola que cuando murió", dice esta experta en Ayala, a quien la constante dedicación a la obra de su marido le "ayuda a combatir la soledad", como también lo hace impulsar los trabajos de la Fundación que lleva el nombre del escritor granadino y que dirige Rafael Juárez.

Para Ayala, que el 16 de marzo hubiera cumplido 106 años, "la verdadera realidad es tan solo aquella que encuentra expresión bajo forma literaria. Esto significa que la vida es, en definitiva, literatura", afirma Richmond.

Esa fusión entre vida y literatura impregna la extensa obra de Ayala, y está presente también desde su primer libro, "Tragicomedia de un hombre sin espíritu", de 1925, hasta 1999, cuando publicó su último relato, "El filósofo y un pirata".

Catedrática jubilada de la Universidad de Nueva York, Richmond comenta con humor que ella "sí" se ha leído las dos primeras obras de Ayala, la ya citada de 1925 e "Historia de un amanecer", de 1926. "Nadie se las lee, o si acaso las hojean los especialistas", quizá porque "el propio autor decía que eran de corte tradicional".

"Son obras de un principiante, pero en ellas hay muchas pistas de lo que vendría después. Recogían experiencias vividas y experiencias leídas", comenta.

Luego publicaría los textos vanguardistas de "El boxeador y un ángel" y "Cazador en el alba". Este último libro va precedido de una "Carta a los editores", que apareció en la edición de 1930 y que Ayala optó por suprimir posteriormente.

Ahora se recupera porque, como dice Richmond, es "un texto muy revelador, demasiado para Ayala". En esa carta se excusa por no escribir las "páginas autobiográficas" que le pedían los editores, entre otras razones porque creía que todavía no había hecho nada importante en la vida:

"Aún no he cazado leones en África, no he intervenido nunca ni en la más modesta revolución, ni fui yo el primero en cruzar el Atlántico por el aire", escribió el autor de "Recuerdos y olvidos" en ese texto en el que también incluyó una frase reveladora de su forma de concebir la literatura: "Uno escribe siempre su propia vida, solo que, por pudor, la escribe en jeroglífico".

Después vendrían diez años de silencio provocado por los acontecimientos políticos y la guerra civil. "Ayala creía que no era el momento de escribir ficción, como sí hicieron otros que pusieron la pluma al servicio de la política", comenta Richmond, autora del prólogo de este nuevo tomo de las obras completas, el quinto en ver la luz.

Ese silencio lo rompió en el 39, al comienzo de su largo exilio, con "Diálogo de los muertos", un estremecedor texto que escribió tras la ejecución de su padre y de su hermano Rafael en la guerra, y que "está dedicado a los muertos de los dos bandos". "Es toda una lección para la humanidad", asegura Richmond.

Y tras la guerra vendrían las obras más importantes del escritor, entre ellas "Lo usurpadores", "La cabeza del cordero" y "El jardín de las delicias".

Al final de su vida, Ayala se sentaba a veces junto a su mujer y le decía: "es que ya no puedo escribir y lo que quiero es escribir algo sobre ti", recuerda su viuda.

"Fue muy conmovedor. Estaba casi llorando porque ya no podía. Pero era su manera de expresar que me quería mucho y que le hubiera gustado acabar su carrera de narrador con un texto sobre mí", comenta con emoción.

El 13 de marzo se presenta también "Francisco Ayala en 'La Nación' de Buenos Aires, una obra que reúne una treintena de artículos que publicó en ese diario argentino y que no habían sido recogidos antes en ningún libro. EFE.

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