Puestos de intercambio de ropa plantan cara en Berlín a la cadena Primark

  • Organizaciones alemanas en contra de la sobreproducción y el consumo plantaron cara hoy a la cadena de ropa irlandesa Primark con puestos de intercambio y prendas de segunda mano, coincidiendo con la apertura de una nueva sucursal en Berlín.

Berlín, 3 jul.- Organizaciones alemanas en contra de la sobreproducción y el consumo plantaron cara hoy a la cadena de ropa irlandesa Primark con puestos de intercambio y prendas de segunda mano, coincidiendo con la apertura de una nueva sucursal en Berlín.

Las prendas de vestir protagonizaron la actividad en la emblemática plaza Alexanderplatz, el corazón del antiguo sector oriental de la capital alemana, aunque desde dos perspectivas muy diferentes.

Por un lado, la inauguración del nuevo establecimiento de Primark atrajo a los clientes que, con cestas y botellas de agua, regalo de la cadena de tiendas ante el calor estival, se preparaban para pasar una jornada de compras.

Al otro lado, justo enfrente, puestos de ropa de segunda mano y de intercambio reunieron a curiosos que rebuscan entre pantalones, camisetas y complementos algo que llevarse a casa sin gastar mucho dinero.

"La idea es animar a la gente a abandonar el hábito de comprar y tirar la ropa por que sí y a usarla hasta que esté completamente rota, con el fin de reducir el consumismo", explicó a Efe Fabian Krüger de Weltbewusst, una de las organizaciones impulsoras de esta "Kleidertauschparty" o fiesta de intercambio de ropa.

Bajo el nombre "CrimeArk" intentaron "parodiar" el nombre de la cadena irlandesa, en alusión al derrumbe de un edificio en Bangladesh que ocupaba uno de sus proveedores y que causó 1.127 muertos y 2.438 heridos en abril del año pasado.

"Queremos que los clientes sepan por qué la prenda que están comprando vale dos euros, cómo se fabrica, en qué país y bajo qué condiciones", explicó Helen Gimber, de Inkota Berlín junto al puesto informativo donde recogen firmas y reparten folletos sobre iniciativas como ésta.

Ambas organizaciones coinciden en la buena acogida que ha tenido este acto de protesta que, según sus estimaciones, concentró en la mañana de este jueves a más gente que los que hacían cola para la apertura de la nueva tienda de ropa.

Sin embargo, su crítica no se dirige sólo a la cadena irlandesa, también a otras firmas que se encuentran en la misma plaza, como C&A o New Yorker y en general a la "industria del consumo rápido de ropa", explicó Gimber.

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