Rafael Berrio: "El primer verso es un regalo; los demás, una condena"

  • Las letras de los "Diarios" que el cantautor Rafael Berrio ha presentado hoy contienen once canciones con el aliento trágico de los arpegios de un piano y muestran el lado íntimo de un artista que, a la hora de componer, deja que la musa le regale el primer verso.

Madrid, 29 ene.- Las letras de los "Diarios" que el cantautor Rafael Berrio ha presentado hoy contienen once canciones con el aliento trágico de los arpegios de un piano y muestran el lado íntimo de un artista que, a la hora de componer, deja que la musa le regale el primer verso.

"El primer verso es un regalo; los demás, una condena", ha dicho en una entrevista a Efe este artista donostiarra, que se encierra en el estudio durante horas para componer.

Este disco, que arranca contando cómo con la edad se pierde la "alegría de vivir", es una continuación de su anterior álbum, "1971", que, como éste, produjo junto a Joserra Senperena.

El romanticismo de "Sé libre, sé mía" se lo agradece también al músico Mikel Erentxun (líder de Duncan Dhu), que, como él, nació en San Sebastián.

De joven punk y fan de La Velvet (The Velvet Underground), con la edad él nota que ha cambiado mucho: "Uno ya no es lo que era, pero el punk lo llevo en la sangre, y yo creo que, aunque muy soterradamente, lo muestro en mis discos".

Sus letras sórdidas son las que recogen el lado nihilista del movimiento punk y, en algunos casos, están dedicadas a la gente de su generación: "En 'Santos mártires yonquis' hago una especie de justicia poética a la gente perdida por la heroína de los años 80".

Y es que Rafael Berrio escribe para que le quieran: "Uno escribe canciones para impresionar a las mujeres o para impresionar a los amigos" y no iba a ser menos es estos "Diarios".

Pero este personaje clave del Donosti Sound, tiene una cuenta que saldar con sus amigos: un disco de rock que lleva tiempo prometiendo y que contará con "dos guitarras muy poderosas, una batería y un bajo, que son la base del rock".

El Donosti Sound fue un movimiento enmarcado dentro del "indie pop", que surgió en la ciudad de San Sebastián y que tuvo una primera ola a principios de los 80 influida por la mezcla de muchos estilos de música: "El 'ska', el punk, era una mezcla de todo. Todo era muy alegre y divertido".

Más tarde, ya llegados los 90, Aventuras de Kirlian o La Buena Vida fueron algunos de los grupos que, para Berrio, consolidaron este tipo de música.

"Donosti siempre ha sido una ciudad muy pujante, llena de grupos y con mucha cultura de canción. Hay grandes promesas como PLV Havoc o Thee Brandy Hips", ha explicado este artista, que ha formado parte de otros grupos como Amor a traición o Derivacuando Madrid.

Encerrado en el pasado, Berrio ha admitido que no escucha demasiada música actual, aunque admira que personajes como Bob Dylan y su artista fetiche, Leonard Cohen, sigan en la actualidad musical: "No escucho prácticamente música actual, no me interesa mucho. Escuché mucha música en su momento, pero me intento mantener limpio".

De esta forma, internet, "una cosita sin importancia", ha llamado a su puerta y desde hace dos meses tiene Twitter, su particular "pandemónium", sustantivo que otro poeta como él, John Milton, utilizó para describir el infierno.

Rafael Berrio es músico antes que poeta o, por lo menos, "tan músico como poeta" y dice que le sienta mal cuando se alaban sus palabras con mayor ahínco que sus melodías: "Es un error escribir bien, porque al final la gente solo se fija en las letras".

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