Shevardnadze, orgulloso de retirar las tropas soviéticas de Afganistán

  • Eduard Shevardnadze, expresidente georgiano e histórico ministro de Exteriores de la Unión Soviética, afirmó hoy que se siente orgulloso de haber retirado las tropas soviéticas de Afganistán, cuyo 25 aniversario se celebra mañana.

Tiflis, 14 feb.- Eduard Shevardnadze, expresidente georgiano e histórico ministro de Exteriores de la Unión Soviética, afirmó hoy que se siente orgulloso de haber retirado las tropas soviéticas de Afganistán, cuyo 25 aniversario se celebra mañana.

"Ha pasado un cuarto de siglo desde el día de la retirada definitiva de las tropas de la URSS, pero aún recuerdo emocionado aquellos hechos, que me llenan de orgullo", dijo a Efe el que fuera ministro de Asuntos Exteriores de la Unión Soviética entre 1985 y 1990.

"A lo largo de toda mi carrera política, en varias ocasiones, he tenido que asumir la responsabilidad personal para tomar decisiones providenciales, incluida aquella (de la retirada de las tropas), que fue aprobada pese al resistencia de muchos miembros del Politburó del Partido Comunista de la Unión Soviética", relató.

Shevardnadze consideró al mismo tiempo "excesiva" la actual participación de Georgia en la misión de la OTAN en Afganistán, a la que el país caucasiano aporta el mayor contingente entre los Estados no miembros de la Alianza Atlántica.

El expresidente georgiano, derrocado por Mijail Saakashvili tras la Revolución de las Rosas en 2003, demanda la retirada del contingente de su país en Afganistán, donde murieron 29 militares georgianos.

Shevardnadze fue artífice y protagonista de los acuerdos de Ginebra, que pusieron fin a la intervención soviética en Afganistán.

Tanto en Rusia como en otras exrepúblicas soviéticas, la mayoría considera que la guerra de Afganistán, en la que perdieron la vida más de 15.000 soldados de la URSS y hasta un millón y medio de afganos, fue un contienda injusta.

El mando militar soviético desaconsejó el envío de tropas al vecino país centroasiático, pero el Politburó del Partido Comunista de la URSS se inclinó por hacer caso a los informes del Comité de Seguridad del Estado (KGB, en sus siglas en ruso), que alertaban sobre la creciente presencia de Estados Unidos en la región.

La intervención militar, en la que participaron en distintos momentos 620.000 soldados soviéticos, fue condenada por Occidente, y en particular por EEUU, que lideró un boicot a los Juegos Olímpicos de Moscú de 1980, al que se adhirieron varias decenas de países.

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