Un documental denuncia la corrupción de la cúpula de los jueces eslovacos

  • Jueces corruptos, sentencias manipuladas, contactos con la mafia, acoso a magistrados: Este es el escalofriante panorama de la Justicia eslovaca que presenta el documental "La enfermedad del tercer poder", visto ya por decenas de miles de personas en internet pese a los intentos por censurarlo.

Gustavo Monge

Praga, 24 nov.- Jueces corruptos, sentencias manipuladas, contactos con la mafia, acoso a magistrados: Este es el escalofriante panorama de la Justicia eslovaca que presenta el documental "La enfermedad del tercer poder", visto ya por decenas de miles de personas en internet pese a los intentos por censurarlo.

"Es mi lectura de la situación, y el hecho de que tantos se identifiquen conmigo es sintomático de que el documental muestra la realidad del sistema judicial", explica a Efe su directora, Zuzana Piussi.

Un actor clave del relato es el polémico presidente del Tribunal Supremo y exministro de Justicia, Stefan Harabin.

"No he hecho una película contra Harabin. He tratado de ser imparcial, y cada cual habla por sí mismo, y el espectador llega al final a sus propias conclusiones", añade Piussi.

A Harabin se le achaca el estar vinculado con las viejas estructuras de poder de la dictadura comunista, aunque una de las magistradas que aparece en la cinta asegura que ahora "ha aprendido una retórica moderna y defiende de boquilla una justicia independiente".

El documental revela una amigable conversación entre Harabin y el jefe de la mafia albanesa de la droga, Baki Sadiki, una charla que el influyente juez asegura es un montaje.

Sadiki fue condenado en Eslovaquia a 22 años de cárcel, pero logró huir y fue luego detenido en Kosovo, desde donde se espera ahora su extradición.

El prestigioso periodista político Marian Lesko, por su parte, denuncia en el documental que "clama al cielo" que Harabin, tras dejar de ser ministro de Justicia en 2010, fuera elegido jefe del Supremo y presidente del Consejo Judicial.

Aquella elección fue entonces vista como un atentado contra la independencia del Tercer Poder e impugnada simbólicamente por diez mil ciudadanos que firmaron una petición en contra.

En el documental, otro juez crítico con la situación denuncia "los millones que ganan los jueces por sentencias interesadas".

El documental denuncia que el poder que un reducido clan de magistrados ejerce sobre la Justicia es tal que quien se atreve a enfrentárseles acaba marginado hasta extremos dramáticos.

Ese fue el caso del vicepresidente del Tribunal Supremo Juraj Majchrak, que se suicidó después de que Harabin presionara para truncar su hasta entonces exitosa trayectoria profesional.

Parecida es la historia de Marta Laukova, una juez de primera instancia que desoyó las instrucciones de su superiora para liberar a un presunto contrabandista y que fue sometida por ello a un duro acoso laboral que la llevó a enfermar y morir por insuficiencia cardíaca.

Esa superiora es Helena Kozikova, a quien el documental sitúa entre los jueces corruptos y que ha denunciado a Piussi y a la cadena estatal STV2, que aceptó emitir la cinta mientas muchas otras cadenas se negaron a ello.

"Por supuesto que tengo ciertos temores, porque no tener miedo significa no tener sentido de la realidad", afirma Piussi.

Y es que los que no se pliegan a los requerimientos de la cúpula judicial, considerada por algunos como "mafia de guante blanco", afrontan procesos disciplinarios.

Así lo denuncia también Transparencia Internacional en el informe "Los desafíos de la Justicia eslovaca y posibilidades de mejora del estado actual".

"Hay tanto miedo, algo que no existía en el pasado, y ha sido provocado por los procesos disciplinarios", dice la mujer de Milan Ruzicka, otro juez que afronta un duro castigo disciplinario.

Es "parte del juego de intimidación", reconoce la cineasta, que desconoce aún los cargos que pesan contra ella, aunque la prensa local especula que la fiscalía pedirá en su contra dos años de prisión.

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