Un turista arranca el dedo de una escultura de 600 años de antigüedad

    • Un turista estadounidense agarró la mano de una estatua del siglo XV y, accidentalmente, le rompe un dedo
    • El museo italiano aún no ha cuantificado el daño causado y afirman que no pueden asegurar el éxito de la restauración.
La representación de la Virgen María del Museo dell'Opera del Duomo en Florencia y atribuida a Giovanni d'Ambrosio.
La representación de la Virgen María del Museo dell'Opera del Duomo en Florencia y atribuida a Giovanni d'Ambrosio.
G.R.S.

La primera frase que un visitante de un museo lee o escucha es 'No toque las obras'. Incluso el sentido común suele impedir poner las manos sobre algo que se pueda romper y que, seguro, no puedes pagar. Sin embargo, algunos intrépidos no resisten la tentación de 'sentir el arte' con sus propias manos... generando destrozos memorables como el turista estadounidense que ha arrancado un dedo a una estatua de 600 años de antigüedad en un museo en Italia.

Según explicó el personal de seguridad del Museo dell'Opera del Duomo en Florencia (Italia), vieron como un hombre estaba tratando de medir la mano de la estatua, sosteníendola, pero para cuando se acercaron a pedirle que no tocara la obra ya era tarde. El dedo de la frágil obra del siglo XV, una representación de la Virgen María que se atribuye al artista Giovanni d'Ambrosio, ya había cedido.

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El turista, natural de Missouri (EEUU) y de 55 años, se ha disculpado por los daños ocasionados, pero además puede que reciba una cuantiosa multa por su falta de cuidado, sin olvidar el malestar causado en la ciudad italiana, que consideran un signo de los tiempos modernos la falta de cuidado y respeto que se ha mostrado por una obra de arte centenaria.

El director del museo, Timothy Verdun, casualmente también estadounidense, condenó el comportamiento del turista alegando que "en un mundo globalizado como el nuestro, las normas fundamentales cuando se visita un museo se han olvidado: no se deben tocar las obras", según ha recogido The Independent.

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Verdun confirmó que el dedo roto no era el original sino que se trata de una pieza de yeso añadida posteriormente. Los especialistas están trabajando en evaluar los daños y, en caso de ser un costo asumible por el museo, no se ofrecen garantías de que la restauración vaya a ser exitosa.

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