Viktoria Mullova imprime nueva frescura a los ritmos brasileños con su violín

  • La violinista Viktoria Mullova llega este jueves al Festival Internacional de Santander (FIS) con un repertorio de canciones brasileñas a las que imprime una nueva frescura con su violín.

Santander, 27 ago.- La violinista Viktoria Mullova llega este jueves al Festival Internacional de Santander (FIS) con un repertorio de canciones brasileñas a las que imprime una nueva frescura con su violín.

Del "Luz do sol" de Caetano Veloso, al "Tico, tico" de Abreu, pasando por la "Balada de um loco" de Arnaldo Baptista o canciones de Jobim, Mullova recorrerá los sonidos del país carioca acompañada por Matthew Barley (violonchelo), Paul Clarvis (percusión) y Rainer Scheurenbrand (guitarra).

La violinista de origen ruso ha dejado un retiro de seis meses para ofrecer, por primera vez en España, su espectáculo "Stradivarius in Rio", que hasta ahora sólo ha interpretado en Alemania y París.

Es la tercera vez que sube a un escenario con este disco, grabado en Río de Janeiro con su Stradivarius, al que arranca la "alegría" de una música que disfruta tocando en el escenario o en cualquier otro lugar, tal como ha explicado hoy en rueda de prensa.

Cuando empezó a interpretar estos temas no se había planteado grabarlos en un disco, y fue en Brasil, tocando con un grupo de amigos, como surgió la idea de llevarlo al estudio.

Entre esos compañeros está el violonchelista Matthew Barley, que la introdujo en la fusión de estilos y en la improvisación, y la hizo buscar otros registros fuera del repertorio clásico.

El resultado de aquel camino de descubrimiento son ya tres discos en los que reinterpretan otros ritmos con instrumentos clásicos: "A través del espejo", con influencias del jazz y artistas como Miles Davis o The Beatles; "La campesina", con música gitana; y "Stradivarius in Rio".

En este último, se adentran en los sones brasileños sin ser expertos en ellos, y eso les permite darles "toda la frescura" que puede aportar un neófito en la materia, destaca Barley.

La respuesta del público, en las dos experiencias que han tenido hasta ahora, ha sido "muy positiva", pero el violonchelista emplaza a la actuación de este jueves para ver qué sucede en Santander.

Cuando termine su retiro sabático -en el que ha hecho este alto-, Mullova llevará este espectáculo por numerosos escenarios durante dos años y espera, en ese tiempo, poder regresar a España.

En el futuro, no descarta un nuevo trabajo para tocar con el violín música popular española, pero tampoco es seguro porque, según ha explicado, cuando deciden abordar un trabajo de este tipo no es algo previamente planeado, sino algo que surge.

Lo próximo podría ser, "a lo mejor", música española, o cubana, pero "nunca" con gaita, bromea Mullova, que achaca a Matthew esa excepción.

Al violonchelista le inspira, por ejemplo, Vicente Amigo, en cuya guitarra se pueden escuchar también distintas músicas, no sólo flamenco, sino también pop o jazz.

No comparten la visión de aquellos que cuestionan la fusión de estilos y, de hecho, Barley piensa que toda la música es un "cruce" y está marcada por otras.

A su juicio, sólo hay dos tipos de música, la buena y la mala. La buena, dice, la interpreta, sea brasileña, india, de Schubert o de Brahms, y de todas ellas puede aprender.

Lo mismo cree Mullova, que dice que todo depende de cómo se hace, y ya sea jazz, música clásica o de otros estilos, si se toca con "integridad, amor y pasión", puede ser preciosa.

La violinista, que pese a sus incursiones en otros estilos no olvida su repertorio clásico, explica que disfruta haciendo cosas diferentes.

Según dice, le gusta tener nuevas experiencias, lo mismo que en la vida. De hecho, el deseo de ser "libre", conocer otras gentes, viajar y vivir otras experiencias fue lo que -apunta- la empujó en 1983 a dejar la antigua Unión Soviética y pedir asilo en Finlandia.

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