Las grandes potencias indicaron este lunes en Viena su disposición a levantar el embargo de armas impuesto a Libia por Naciones Unidas, en respuesta a la petición de armamento por parte del gobierno libio de unidad para luchar contra los yihadistas.
La comunidad internacional reunida en Viena declaró en un comunicado final que "apoyará por completo los esfuerzos" del nuevo ejecutivo libio que solicitará el levantamiento de este embargo y está dispuesta a responder a sus peticiones "con el objetivo de entrenar y equipar a la guardia presidencial y a las fuerzas autorizadas".
Un total de 25 delegaciones nacionales o de uniones regionales firmaron esta declaración, entre ellas Estados Unidos, Rusia, Arabia Saudita, China, Egipto, Túnez, Francia, Reino Unido, Alemania e Italia.
Naciones Unidas impuso un embargo a la venta de armas a Libia al inicio de la revuelta contra el régimen de Muamar Gadafi en 2011, aunque ha sido violado en varias ocasiones.
El gobierno de unidad nacional, dirigido por Fayez al Sarraj y con sede en Trípoli, cuenta con el apoyo de la comunidad internacional. El jefe de gobierno libio estuvo presente en Viena.
Este ejecutivo tiene dificultades para asentar su autoridad, más de un mes y medio después de su instalación, al afrontar las iniciativas de un gobierno paralelo con sede en el este del país y dirigido por el controvertido general Jalifa Haftar.
La organización extremista Estado Islámico (EI) ha aprovechado el caos que reina en Libia, desde la revuelta que puso fin al régimen de Muamar Gadafi, para implantarse en este país petrolero.
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