(REPORTAJE) ASOCIACIÓN ESCUELA SANSANA, OCHO AÑOS AYUDANDO A MUJERES Y NIÑOS EN BURKINA FASO

La Asociación Escuela Sansana nace tras un viaje turístico en 2007 por Mali y Burkina Faso de un grupo de españoles que querían conocer la zona. Una vez allí empezaron a concienciarse de la necesidad de mejorar las precarias escuelas de los pueblos que visitaron, en lo cual influyó que en la expedición había varios docentes. En los últimos días del viaje pasaron por azar por la aldea de Sansana, de la etnia lobi, y comprobaron que necesitaban tres aulas para escolarizar a la población de 6 a 12 años, y de esa necesidad, un año después, surgió la idea de crear la asociación.
El poblado de Sansana está situado en la región sudoeste de Burkina Faso, en la provincia de Poni, cerca de las fronteras de Ghana y Costa de Marfil. Es una de las regiones más pobres y olvidadas del planeta, que a su vez está marcada por un fuerte crecimiento demográfico y el flujo migratorio de refugiados de la guerra civil que asoló Costa de Marfil.
Entre los problemas de los núcleos poblacionales destaca la falta de infraestructuras en educación. “Nuestra asociación se dedica al desarrollo escolar y la promoción de la mujer. Construimos infraestructuras que entregamos a las autoridades y agrupaciones locales que las gestionan de forma sostenible”, manifestó en una entrevista a Servimedia el presidente de la Asociación Escuela Sansana, Fernando Alonso.
“Nuestra organización es muy simple, sin gastos administrativos ni de gestión, ni de infraestructuras, ni viajes, ni dietas, ni nada. Todo el dinero recaudado va directamente a los proyectos, por eso se ha podido hacer mucho en poco tiempo y con poco dinero”, agregó Alonso.
PROYECTOS
Entre los proyectos educativos de la entidad destacan la creación y el mantenimiento de la escuela primaria y la infantil de Sansana.
Entre las dos suman seis aulas y diversas dependencias que sirven de vivienda y despacho para los profesores. Además, disponen de otras áreas, como comedores, cocina y un pozo que va acompañado de un huerto y un gallinero que “pretenden ayudar al autoabastecimiento de la escuela”, matizó Alonso.
Por otro lado, la entidad también realiza diversos programas de atención y formación para mujeres. En estos programas cabe destacar un centro para mujeres jóvenes en costura y tejido y cincuenta huertos con un pozo de depósito elevado.
Además, desarrolla diversas iniciativas para la formación en derechos de la mujer, así como actividades generadoras de recursos y para la protección al medio ambiente.
Otra de las facetas en las que la Escuela Sansana participa es en la concesión de microcréditos a agricultores para comprar semillas y abono que devuelven con sacos de maíz para la alimentación de los alumnos.
“Invertir en educación primaria, secundaria y universitaria, construyendo escuelas y formando al profesorado en su etapa inicial y de forma permanente son nuestros objetivos a nivel escolar”, explicó Fernando Alonso.
También intentan sensibilizar a las familias sobre la importancia de enviar a sus hijos a la escuela.
En cuanto a los derechos de la mujer, Alonso comentó que “es necesario sensibilizar a la población sobre aspectos de planificación familiar, matrimonio forzado, mutilación genital, violencia de género, derecho a la propiedad, higiene personal y economía familiar”.
“Crear actividades generadoras de recursos, concienciar sobre la importancia del medio ambiente, hacer pozos y cultivar de manera eficiente y sostenible son otras de la tareas que realizamos en colaboración con la población local”, agregó el presidente de la entidad.
Alonso remarcó que la organización tiene como metas de futuro terminar la escuela primaria de Nionio, equiparla con muebles y material didáctico. También intentarán construir una cocina y un huerto escolar “para los que la asociación pagará los materiales y los habitantes pondrán su trabajo”, explicó.
Además, también intentarán construir tres pozos y reparar otros dos si se logra contar con ayuda del Canal de Isabel II solicitada en España, según Alonso. “Lo más importante es aprovechar la vitalidad de esta gente para seguir manteniendo el trabajo de la asociación en la zona”, concluyó.

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