Un Rooney con perfil bajo llega a la Eurocopa

Un poco cansado de haber sido el símbolo de Inglaterra todos estos años, Wayne Rooney se vio eclipsado esta temporada por la aparición de Harry Kane y Jamie Vardy, pero sigue siendo el capitán de su selección antes de la Eurocopa-2016 y de una forma y otra habrá que tenerlo en cuenta.

A sus 30 años, el "Pelé Blanco" de sus inicios en el Everton en 2002 se transformó en "Pirlo calvo" marcado de esta forma un retroceso que no es solo jerárquico sino también deportivo, ya que el delantero es ahora más defensivo con Mánchester United. Cuando juega, habría que añadir, que no ocurre tan regularmente como antes.

Con siete goles en 28 partidos de Premier League, sus estadísticas nunca habían sido tan famélicas desde sus inicios con 16 años.

Antes de que volviera a mediados de abril tras casi dos meses de ausencia debido a una lesión en una rodilla, Inglaterra, que ganó sin él a Alemania en marzo (3-2), parecía incluso sin complejos sobre su eventual ausencia de su capitán en Francia, el seleccionador Roy Hodgson debe andar con cuidado con el "mayor talento británico desde hace viente años", como lo describió Arsène Wenger.

Capaz de ocupar todo el frente de ataque, Rooney, que ya no es "egoísta" como afirma su compañero Ander Herrera, ha vuelto a brillar, bajando un poco su posición, no como número diez u ocho, sino más bien como seis.

"Rooney no tiene ya las piernas para estar tan arriba en los extremos", afirma el exjugador del United, Danny Higginbotham.

"La idea es darle lugar en el centro del campo, para que exprese su creatividad natural. Es una evidencia que Hodgson debe utilizarle en la medular. Es ahí donde puede brillar. Su forma está en declive, pero su cerebro es el mismo", añade.

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