Al menos 75 muertos y un millar de heridos en la revuelta de Kirguistán, que ha provocado un cambio de gobierno

  • El nuevo Gobierno de Confianza Popular de Kirguistán tendrá que elaborar en seis meses una nueva Constitución y convocar unas elecciones, a pesar de que el anterior presidenet del país, Bakiyev, no ha admitido su derrota. Mientras persisten los disturbios en la capital con numerosos saqueos, por lo que el nuevo ministro del Interior ha autorizado a las fuerzas de seguridad a disparar contra los saqueadores.
El Gobierno de Confianza Popular de Kirguistán se concede un mandato de seis meses
El Gobierno de Confianza Popular de Kirguistán se concede un mandato de seis meses

En medio de los enfrentamientos que han causado al menos 75 muertos ymás de 1.000 heridos en Kirguistán, la oposición ha constituido un denominado "Gobierno de Confianza Popular" con un mandato de seismeses, en los que  tendrá que elaborar una nueva Constitución yconvocar elecciones.

Además, a pesar de que el anterior presidente del país, Bakiyev, ha abandonado la capital y las fuerzas de la oposición kirguís han disuelto el Parlamento, el ex mandatario aún no ha admitido su derrota.

La autoproclamada presidenta del nuevo Gobierno interino, la ex ministra Roza Otunbayeva, asumirá plenos poderes presidenciales y gubernamentales. Asimismo, anunció que su Gobierno tiene previsto "emitir un decreto para devolver al Estado numerosos activos que fueron privatizados ilegalmente de forma gratuita", en referencia expresa a las empresas eléctricas Severelectro y Vostokelectro, desestatalizadas por Bakiyev.

"El pueblo de Kirguistán quiere construir la democracia", declaró en un encuentro anterior con los periodistas. "Lo que hicimos el miércoles fue nuestra respuesta a la represión y a la tiranía contra el pueblo por parte del régimen de Bakiyev", añadió. "Pueden llamarlo revolución, pueden llamarlo revuelta popular, da igual, ésta es nuestra forma de decir que queremos justicia y democracia", manifestó.

Asimismo, Otunbayeva --antigua ministra de Asuntos Exteriores-- ha exigido la dimisión de Bakiyev, a quien ayudó a subir al poder hace justamente cinco años durante la llamada 'Revolución de los Tulipanes', a costa del entonces presidente Askar Akayev. Según la nueva dirigente, el presidente se ha hecho fuerte en su feudo natal, Jalalabad, en el sur, donde intenta aglutinar a sus partidarios para defender sus derechos.

Bakiyev, por su parte, declaró por teléfono a la cadena de radio Eco de Moscú: "No pretendo renunciar a mi autoridad como presidente" y añadió que fue elegido jefe de Estado, por lo que admite "ninguna derrota" y acusó a la oposición de llevar a cabo una "toma de poder armada". "Desafortunadamente, aunque yo soy el presidente en funciones, no tengo una influencia real", reconoció Bakiyev, que señaló además que "una operación coordinada" como la de la oposición "es prácticamente imposible de llevar a cabo sin fuerzas extranjeras".Disturbios y saqueos en la capital

Los enfrentamientos que se iniciaron el pasado miércoles tuvieron continuidad en el día de ayer en la capital Bishkek. Un portavoz del Ministerio del Interior interino afirmó que cientos de agentes se estaban enfrentando a unos 500 saqueadores en un mercado y en otras partes de la ciudad, y posteriormente el autoproclamado responsable del Ministerio del Interior kirguís, Bolot Sherniyazov, emitió ayer una orden que autoriza a las fuerzas de seguridad a disparar contra los saqueadores en la capital.

Ante el aumento de la tensión, el Gobierno y la oposición se reunieron el miércoles por la noche en la sede de la Presidencia para negociar una solución. El primer ministro, Daniyar Usenov, anunció que renunciaba al poder en nombre de todo el Gabinete e informó de que la oposición había formado un "Gobierno de Confianza Popular" encabezado por Otunbayeva.Reacciones internacionales

El Gobierno ruso ha sido el primero en reconocer al nuevo régimen kirguís. El primer ministro ruso, Vladimir Putin, se entrevistó telefónicamente con Otunbayeva, ante la cual se comprometió a prestar a Kirguistán la "necesaria ayuda humanitaria" considerando "el carácter especial" de las relaciones bilaterales, según informó ayer el portavoz del jefe del Ejecutivo ruso, Dimitri Peskov, citado por la agencia pública de noticias rusa, RIA Novosti.

Peskov destacó que Putin había hablado con Otunbayeva "en su calidad de jefa del Gobierno de Confianza Popular". En la misma entrevista, Otunbayeva aseguró a Putin que el "Gobierno de Confianza Popular" controlaba la situación en el país, así como las Fuerzas Armadas y los cuerpos policiales y de seguridad.

Intentando evitar posibles especulaciones, un asesor de la Casa Blanca sobre Rusia afirmó que la toma del poder en Kirguistán por parte de la oposición no es un golpe de Estado promovido por Moscú contra Washington.

Michael McFaul dijo a los medios de comunicación que "no está claro" quién está al mando ahora en el país centroasiático pero señaló que "las personas que supuestamente están gobernando Kirguistán" son personas con las que él mismo ha "estado en contacto durante muchos años". "Esto no es una especie de golpe de Estado antiamericano. Eso lo sabemos con seguridad, y tampoco es un golpe de Estado apoyado por los rusos", declaró.

El Ejército estadounidense tiene una base aérea en Kirguistán que proporciona un apoyo crucial a las operaciones militares en Afganistán desde poco después del comienzo de la guerra en 2001.

Mientras, la Unión Europea y España han pedido a los kirguises que recurran al diálogo para solucionar pacíficamente la crisis que atraviesa su país y recuperen así el orden democrático. La Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), por su parte, ha anunciado la designación de Zhanybek Karibzhanov como enviado especial de este organismo para Kirguistán.

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