Moscú.- El presidente derrocado de Kirguizistán, Kurmanebek Bakíev, declaró hoy que si el nuevo gobierno de confianza popular trata de detenerle, habrá un derramamiento de sangre.
"Que lo intenten. Correrá sangré", amenazó Bakíev durante un mitin en su pueblo natal, en el sur del país, informó desde Biskek la agencia rusa Interfax.
El primer viceministro del nuevo gobierno, Almazbek Atambáyev, señaló, por su parte, que las nuevas autoridades no reconocen la legitimidad del depuesto Bakíev y anunció que preparan una operación especial para su detención, aunque subrayó que no quiere "que corra aún más sangre".
Los enfrentamientos de los cuerpos de seguridad de Bakíev con la oposición la semana pasada en Biskek causaron 81 muertos y 1.651 heridos.
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