El campo destruido estaba "concentrado en el entrenamiento para lanzar operaciones, el tipo de operaciones que hemos visto en Túnez", explicó el portavoz del Pentágono, Jeff Davis.
La incursión aérea del viernes pasado contra el campamento yihadista ocurrió cerca de Sabratha, al oeste de Trípoli, dejando docenas de muertos, incluyendo a Noureddine Susa, descrito como un mando operativo del EI que estaba detrás de dos ataques recientes en Túnez: el del Museo del Bardo (22 muertos) y en una playa y en un hotel cerca de Susa (38 muertos).
"Estamos seguros de que (...) el bombardeo impidió una tragedia mayor con cualquier tipo de ataque externo. El tipo de formación que realizaban y la proximidad a la frontera con Túnez sugieren que había una acción mayor en preparación", señaló Davis.
En el campamento, donde, según el Pentágono, había hasta 60 yihadistas en formación, "las personas trabajan en pequeños grupos coordinadas y sincronizadas (...) con armas pequeñas", detalló.
El Departamento de Defensa de Estados Unidos estima que hay alrededor de 5.000 combatientes del EI actualmente en Libia, donde la organización ultra-radical, fuerte sobre todo en Siria e Irak, vio sus filas agrandarse.
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