Cameron insiste en que la paz en Siria pasa por un Gobierno de transición

  • Rusia y Reino Unido siguen sin coincidir en las vías para alcanzar la paz en Siria, como quedó claro hoy en la reunión de sus líderes en la ciudad rusa de Sochi, aprovechada por el primer ministro británico, David Cameron, para insistir en que la solución al conflicto sirio pasa por un gobierno de transición.

Arturo Escarda

Moscú, 10 may.- Rusia y Reino Unido siguen sin coincidir en las vías para alcanzar la paz en Siria, como quedó claro hoy en la reunión de sus líderes en la ciudad rusa de Sochi, aprovechada por el primer ministro británico, David Cameron, para insistir en que la solución al conflicto sirio pasa por un gobierno de transición.

Cameron constató tras reunirse con el presidente ruso, Vladímir Putin, que las posturas de los dos países sobre Siria difieren, aunque recalcó que Moscú y Londres comparten el objetivo de parar el derramamiento de sangre en el país árabe.

"No es un secreto que nuestras posturas sobre este tema difieren, pero compartimos el mismo objetivo: poner fin al conflicto, dar al pueblo sirio la posibilidad de elegir a su gobierno y frenar el crecimiento y expansión del terrorismo", dijo Cameron en la rueda de prensa al término de su reunión bilateral con Putin.

Putin destacó por su parte "el interés común en el fin de la violencia, el comienzo de un proceso de paz y la preservación de Siria como un Estado soberano, territorialmente indisoluble".

Cameron apoyó la propuesta conjunta ruso-estadounidense de celebrar a finales de este mes una conferencia internacional sobre Siria, a la que serán invitados tanto miembros del régimen del presidente sirio, Bachar al Asad, como de la oposición armada, pero insistió en que el encuentro debe cristalizar en un gobierno de transición.

"Debemos no solo sentar al régimen sirio y la oposición a la mesa de negociaciones, sino también colaborar en la creación y consolidación de un Gobierno de transición en Siria", reiteró el primer ministro británico, que se reunió con Putin tres días después de la visita a Moscú del secretario de Estado estadounidense, John Kerry.

Aunque los argumentos de Moscú y Londres coinciden aparentemente, al menos cuando hablan de la necesidad de crear un Gobierno de transición en Siria, el resto de sus declaraciones apuntan a diferencias casi insalvables.

Mientras Kerry y su homólogo ruso, Serguéi Lavrov, proponían en Moscú la celebración de una conferencia internacional sobre el país árabe, Cameron reiteraba en Londres su firme apoyo a la oposición siria.

"Continuaremos (...) apoyando a la oposición y haciendo presión por una solución política", subrayaba el jefe del Gobierno de Reino Unido ante los diputados de la Cámara de los Comunes tras mencionar la posible existencia de nuevas "pruebas" del uso de armas químicas por parte del régimen de Damasco.

El Kremlin, por contra, ha prestado un apoyo más o menos velado pero constante a Damasco desde el inicio del conflicto armado, con el argumento de que gran parte de los sirios está con Asad y de que la oposición armada incluye a terroristas islamistas en sus filas.

Precisamente el temor al ascenso de las fuerzas islamistas en Siria ha hecho dudar a Washington de la manera de abordar el conflicto sirio, mientras que Francia y el Reino Unido han sido los únicos en abogar por levantar el embargo de armas a Siria a fin de podérselas suministrar a los rebeldes.

Hoy mismo, el ministro de Exteriores ruso aseguró en Varsovia que su país está completando la entrega de misiles antiaéreos a Siria, aunque descartó que Moscú tenga intención de vender nuevos sistemas de este tipo al régimen sirio.

Lavrov precisó que estos misiles (del tipo S-300) "no están prohibidos por las normas internacionales, ya que son un arma defensiva" y que la entrega se produce en el marco de unos contratos que ya estaban cerrados.

Más de 70.000 personas han muerto en Siria en los más de once meses que dura la rebelión contra el régimen de Al Asad, según datos de la ONU.

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