En El Álamo

El sospechoso camión que ocultaba el coche del atropello de la pedida mortal

Una furgoneta de reparto de una marca de cerveza estuvo desde el pasado lunes en el punto kilométrico número 15 de la M-404, a solo 9 kilómetros de donde fueron encontrados los cuerpos de Jessi y Peque.

Punto kilométrico donde dos jóvenes fueron atropellados en El Álamo
Punto kilométrico donde dos jóvenes fueron atropellados en El Álamo
EP

La investigación de la muerte de Jessy y Peque en la cuneta de la carretera comarcal M-404 después de una pedida de mano que acabó en el tanatorio sigue paso a paso y pese al silencio que guardaron los más de 70 asistentes las pesquisas y el férreo marcaje a los clanes ha podido ser la causa de que el vehículo implicado no haya desaparecido para siempre. Relatan los expertos que aclarar una disputa entre familias de etnia gitana con muertes de por medio puede llevar meses o años, pero en este caso el supuesto vehículo que atropelló a esta pareja de menos de 30 años de forma deliberada ha sido localizado en cuatro días, oculto en un camión de reparto camino a desaparecer a escasos 9 kilómetros del punto donde sucedió el atropello la madrugada del domingo después de que una disputa por una canción acabara en una gran reyerta a las puertas de un bar a las afueras de El Álamo. La familia de la novia salió corriendo y fueron varios los jóvenes que se refugiaron al grito de "nos matan". Horas después aparecía el cuerpo de esta pareja junto al de otra joven de 18 años, en estado muy grave. 

Se iniciaba así una investigación que ayer llevó a la Guardia Civil a la localidad de Serranillos del Valle, frente a un restaurante cuyos dueños ya se percataron el pasado lunes de la presencia de un camión de reparto de una marca de cerveza aparcado en la vía de servicio justo a la altura de su establecimiento. "Quien se iba a imaginar que ahí dentro estaba ese coche", aseguran a La Información. El martes volvieron a percatarse de que nadie había retirado el vehículo "y nos llamó más la atención porque además no es ni de la marca de cerveza que servimos". Al tercer día allí estaban ya los agentes examinando el camión, convencidos de que podía ser uno de los escondites elegidos para deshacerse del coche que desde el pasado lunes se busca por la zona. 

Fueron las cámaras de Espejo Público las que captaron en directo el momento en el que se descargaba de dentro de ese camión que sigue a las puertas del restaurante con un precinto de la Guardia Civil un coche de la marca BMW de color negro. En las imágenes se ve como tiene fuertes golpes en la puerta del conductor así como en toda la parte trasera, teniendo dañados los faros. Mientras se está cargando en la grúa se aprecia que una de las ruedas está pinchada. Ahora los investigadores analizan el turismo encontrado y recaban pruebas para comprobar su relación con el atropello del pasado lunes, aunque, en principio, tanto el color como el modelo concuerdan con la versión que apuntan los testigos del suceso.

El delegado del Gobierno en Madrid, José Manuel Franco, aseguraba que la Guardia Civil ya trabaja con pistas "sólidas" para esclarecer el doble crimen "bastante complejo". Mientras por las calles de esta localidad madrileña donde tuvo lugar la reyerta vuelven a ser patrulladas por coches de la Guardia Civil, algo que los vecinos aplauden porque "al día como mucho ves uno porque aquí no tenemos ningún cuartel", aseguran a este diario. La puerta del bar donde surgió la chispa también es muy habitual ver pasar a los agentes "y a muchos vecinos que siguen pasando por delante para hacer fotos o pasear el perro". Este local, una cervecería que no suele abrir los domingos pero el pasado día 26 era una excepción, ha vuelto a abrir sus puertas y entre la clientela, muchos jóvenes de la localidad, no se habla de otra cosa.

En otras ocasiones algunos de los jóvenes que aquella noche no dudaron en salir a la calle y protagonizar una batalla "campal" según muchos testigos, también habían sido clientes de este local en el que "nunca habían protagonizado ningún incidente", más allá de la anécdota de "pedir más flamenquito". Ni rastro hay en el poblado que aunque pertenece al municipio de Navalcarnero está a dos kilómetros de El Álamo de ningún miembro de 'los feriantes', como llaman a la familia del novio que aquel día iba a pedir la mano de una joven cuya familia llegaba de un conocido clan de Vallecas. Pero todo se truncó. Lo que parecía una fiesta en cuestión de minutos se convirtió en una escena terrorífica para los testigos. Un encontronazo por tocar una canción más acabó con una disputa en la que se escucharon "tiros" y en la que hubo numerosos atropellos. 

Cuando llegaron los agentes locales así como la Guardia Civil todo se apaciguó. El que podría ser el patriarca de la familia gitana de Navalcarnero llegó a entrar al local para preguntar cuanto se debía por los desperfectos. "Nada", escuchó. Ellos mismos habían sido los encargados de llevar 100 botellas de cerveza -quedaron 50-, ginebra, whisky, la música e incluso la carne de la barbacoa que se estaba empezando a hacer cuando a las 23:30 horas parece que se paró el reloj en el salón. Hasta hoy. Desde aquel entonces los novios, cuentan los testigos, que se fueron agarrados de la mano huyendo de una disputa que acabó con la muerte de dos personas y el miedo a una posible venganza. Los agentes han hablado ya con los patriarcas para evitarlo. Ahora la investigación tratará de esclarecer quien fue el conductor que esa madrugada acabó con la vida de dos personas que huían por un arcén en el que nunca se ve pasear a nadie al tratarse de una carretera de mucho tráfico. 

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