Críticas por la revelación parcial de contactos entre Blair y Bush sobre Irak

  • El anuncio de que solo se revelarán resúmenes de los contactos que el ex primer ministro británico Tony Blair y el ex presidente estadounidense George Bush mantuvieron antes de la guerra de Irak en 2003 generó hoy críticas en el Reino Unido, pues se teme que persistan las conjeturas.

Londres, 30 may.- El anuncio de que solo se revelarán resúmenes de los contactos que el ex primer ministro británico Tony Blair y el ex presidente estadounidense George Bush mantuvieron antes de la guerra de Irak en 2003 generó hoy críticas en el Reino Unido, pues se teme que persistan las conjeturas.

Rose Gentle, cuyo hijo Gordon falleció en la contienda en 2004 y que ha hecho campaña contra esa guerra, aseguró hoy que las familias que representa se sienten "decepcionadas" por la decisión de ocultar parte de la información.

Por su parte, el ex primer ministro conservador John Major, que perdió en las urnas en 1997 a favor de Tony Blair, señaló que sería mejor para el Partido Laborista y para su antiguo rival solicitar a la Oficina del Gabinete, que gestiona los documentos, que se difundan en su totalidad.

"Es una lástima que los documentos vayan a retenerse, por diversas razones", afirmó.

"Primero, porque dejarán sospechas sin resolver y estas sospechas continuarán y pueden empeorar. Y, después, de muchas maneras creo que causará bochorno a Blair, pues él mismo promulgó la ley de libertad de información cuando estaba en el Gobierno", que permite a los ciudadanos acceder a documentos oficiales, declaró.

Aunque el actual Gobierno del conservador David Cameron "no puede hacer nada" sobre el caso, los miembros del anterior Ejecutivo laborista podrían intervenir, subrayó Major.

La Oficina del Gabinete, dirigida por el alto funcionario Jeremy Heywood, que fue además secretario de Blair, confirmó ayer que había acordado con la comisión Chilcot, presidida por el juez John Chilcot y que en 2009 investigó las causas de la guerra de Irak, divulgar parte de los conversaciones entre Bush y Blair.

Estos contactos -25 notas de Blair a Bush y más de 130 registros de conversaciones entre ambos-, que hasta ahora se habían ocultado supuestamente para preservar las buenas relaciones con EEUU, son objeto de interés porque se cree que podrían evidenciar las verdaderas razones de la controvertida guerra.

La invasión de Irak con el pretexto de impedir al entonces presidente iraquí Sadam Husein usar supuestas armas de destrucción masiva, que después se demostró que no existían, provocó en este país las mayores protestas de su historia.

Los críticos han aducido que Bush y Blair planearon la guerra con antelación para promover un cambio de régimen y se cree que esos contactos previos pueden albergar la clave de sus intenciones.

La comisión Chilcot no ha podido divulgar las conclusiones de su investigación, concluida en 2011, por la falta de acuerdo sobre esos documentos, que pareció resolverse ayer con la decisión de publicar resúmenes o extractos.

No obstante, la confirmación de que solamente será una revelación parcial amenaza con mantener la polémica en los próximos meses.

A comienzos de esta semana, el propio Blair, que gobernó de 1997 a 2007, aseguró que no es responsable del retraso en la publicación del informe Chilcot y señaló que "cuanto antes se divulgue, será mejor" para él, pues le permitirá "exponer" sus "argumentos".

El Ejecutivo de Cameron dijo ayer que está "satisfecho" con que se haya llegado a un acuerdo que permita "desclasificar y publicar material que la investigación considera que es necesario explicar".

La intervención en Irak iniciada el 20 de marzo de 2003, en la que murieron 179 soldados británicos y cientos de miles de iraquíes, fue liderada por Estados Unidos y el Reino Unido al margen de la ONU.

En el Reino Unido, la guerra fue apoyada por los conservadores y, tras graves divisiones internas, por los laboristas, mientras se opusieron los liberaldemócratas, lo que les benefició enormemente en las urnas.

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