Cubanos expresan su devoción en la misa del papa de los pobres

  • La profesora de matemáticas Yaniurka Hernández no durmió la última noche, como tampoco el zapatero Antonio Velasco, pues como otros miles de cubanos llegaron este domingo con muchas horas de anticipación a la Plaza de la Revolución de La Habana para la misa del papa Francisco.

"Estamos aquí desde las 2 de la mañana, pero para nosotros esto no es un esfuerzo ninguno, estamos muy alegres de recibir al papa en Cuba, un papa grandioso, porque es todo misericordia", dijo a la AFP Hernández, de 43 años, tras saludar el paso del 'papamóvil' en el que llegó el pontífice argentino a la plaza.

"Desde las 10 de la noche (del sábado) vinimos para la plaza, no hemos dormido, pero tenemos mucho amor hacia el papa y hacia Jesucristo", expresó Velasco, quien acudió junto a 30 miembros de su parroquia en Los Pinos, en la periferia de la capital cubana.

Un altar techado fue especialmente construido en esta emblemática plaza para la misa de Francisco, "el papa de los pobres", quien podía ver a su izquierda el enorme retrato de su compatriota Ernesto Che Guevara, el hijo adoptivo más querido en Cuba.

Muchos asistentes portaban banderitas cubanas (de color rojo, azul y blanco) o del Vaticano (blanco y amarillo), pero entre la multitud también ondeaban grandes banderas de Argentina, México, Gran Bretaña y Venezuela, entre otras.

El pontífice argentino, que inició la misa a las 08h55 locales (12H55 GMT), es visto como un amigo de la isla por su papel clave en las conversaciones secretas que condujeron al deshielo entre Cuba y Estados Unidos, anunciado en diciembre.

"Lo que queremos con este papa es que mejoren las relaciones (con Estados Unidos), queremos paz, armonía y unidad de todos los cubanos", indicó a la AFP el mulato Didiet Sterling, 36 años, quien es santero, un practicante de cultos de origen africano, como buena parte de los cubanos.

"Dios es uno solo, es compartido entre todos los religiosos", expresó Sterling, quien afirmó tras ver pasar de cerca a Francisco que éste "a pesar de sus 78 años, se ve rozagante".

En primera fila sentada en la ceremonia religiosa estaba la presidenta argentina Cristina Kirchner, quien lucía un vestido largo y un sombrero blancos y se echaba aire a la cara con un abanico, al lado de cubano Raúl Castro, quien vestía camisa blanca.

Esta misa papal se efectuó 17 años después de la que oficiara en la misma plaza Juan Pablo II y tres años de la de Benedicto XVI.

La visita del papa polaco a la isla marcó el fin las tensiones entre el gobierno comunista y la Iglesia Católica, que ahora tienen una fluida comunicación.

A la misa de Francisco también asisten unos 200 fieles que volaron especialmente desde Estados Unidos en cuatro vuelos fletados por iniciativa de la Arquidiócesis de Miami.

"Esto parece casi como un sueño hecho realidad o como algo que nunca pensé que ocurriría", dijo a la AFP la estadounidense Cathy Donn, de 56 años, quien trabaja en una firma de ingeniería en Fort Lauderdale, Florida.

También sentía que había ocurrido algo milagroso el cubano Yussef Cano, empleado gastronómico de 31 años, cuya pequeña hija Rocío fue levantada y besada por Francisco a bordo del 'papamóvil' cuando ingresó a la plaza.

"Es una alegría inmensa, la niña estaba súper embullada (deseosa) para venir a ver al papa y mira lo que sucedió, es una dicha inmensa", dijo Cano a la AFP.

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