Damasco denuncia que Brahimi se inclina hacia los que conspiran contra Siria

  • El régimen sirio denunció hoy que el enviado especial de la ONU y la Liga Árabe para Siria, Lajdar Brahimi, se ha inclinado con sus últimas declaraciones hacia aquellas partes que conspiran contra el país.

El Cairo, 10 ene.- El régimen sirio denunció hoy que el enviado especial de la ONU y la Liga Árabe para Siria, Lajdar Brahimi, se ha inclinado con sus últimas declaraciones hacia aquellas partes que conspiran contra el país.

En una nota difundida por la agencia oficial siria Sana, el Ministerio sirio de Exteriores expresó su sorpresa por la entrevista dada ayer por Brahimi a la BBC, en la que el mediador consideró "sectario" y "parcial" el reciente discurso del presidente sirio, Bachar al Asad.

"Lo dicho por Brahimi se sale de la esencia de su misión y demuestra de forma flagrante su inclinación hacia posturas de partes conocidas por su conspiración contra Siria y contra los intereses del pueblo sirio", subrayó el ministerio.

El departamento gubernamental insistió en que el pueblo sirio es el que tiene la autoridad exclusiva sobre su futuro, su régimen político y la elección de sus líderes, y que Siria nunca ha aceptado ni aceptará la injerencia extranjera en sus asuntos.

El ministerio apuntó que el programa propuesto por Al Asad es "la única salida política para solucionar la crisis", ya que se basa "en un diálogo integral entre todos los componentes del pueblo sirio para que haya un consenso sobre un pacto nacional".

Según el comunicado, Siria todavía espera el éxito de la misión de Brahimi y continuará su colaboración con el mediador, aunque este considere que la situación en el país se agrava.

En este sentido, Exteriores indicó que "la continuación de la violencia y el terrorismo se debe al fracaso de la comunidad internacional de obligar a algunos países a que cesen de financiar y armar a los grupos terroristas".

En su discurso del pasado domingo, el primero desde agosto de 2012, Al Asad presentó un plan de tres fases para un acuerdo político en Siria, que fue rechazado por la oposición y por la comunidad internacional.

Este plan exige primero el cese del suministro de armas y apoyo financiero a los "terroristas" (como el régimen sirio denomina a los grupos armados de oposición), tras lo cual el Ejército sirio detendría sus operaciones.

Una vez alcanzado un mecanismo para aplicar el cese de la violencia, se convocaría un diálogo nacional para elaborar una nueva Constitución y formar un Gobierno de consenso, que sería el encargado de preparar las elecciones parlamentarias.

Al respecto, Brahimi dijo ayer que la propuesta de Al Asad "es una repetición de iniciativas previas que no han funcionado".

"Las reformas concedidas de forma magnánima desde arriba son cosa del pasado; la gente ahora quiere opinar sobre cómo se le gobierna", incidió Brahimi, quien consideró "un poco largo" el dominio de 40 años que ha ejercido en Siria la familia Al Asad.

El conflicto en Siria ha costado la vida a al menos 60.000 personas desde marzo de 2011, según los últimos datos de las Naciones Unidas.

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