42.885 contagiados en un día

El Everest de las olas de la Covid-19: "El virus corre más deprisa que nosotros"

En lo que llevamos de año la incidencia acumulada ha sufrido un incremento del 196,55% -549 puntos más  de diferencia-. La línea roja que implicaba riesgo máximo (250) queda muy lejos del dato actual: 828.

Primera imagen del coronavirus en tres dimensiones
Primera imagen del coronavirus en tres dimensiones
Agencia EFE

Las cifras de contagiados y muertos por coronavirus en España han empezado una escalada que cada día arroja cifras récord. De poderse haber diagnosticado de manera tan rápida al inicio de la pandemia, nada sería comparable a aquel primer tsunami de contagios y fallecidos de los meses de marzo y abril, pero un año después estamos de nuevo inmersos en una tercera ola, o continuación de la segunda como muchos expertos definen, con unas cifras de incidencia acumulada (IA) que vuelven a empezar a dispararse bajo el mismo patrón que en otras ocasiones, días después de un periodo de mayor relajación: la Navidad.  En lo que llevamos de 2021 la IA ha sufrido un incremento del 196% tras un crecimiento de hasta 549 puntos. La línea roja que implicaba riesgo máximo para el Gobierno queda muy atrás con los 820 casos por cada 100.000 habitantes que acabamos de alcanzar. La foto actual deja hospitales cada vez más llenos, camas de UVI que escasean e incluso al Ejército montando camas de campaña en Extremadura. ¿Qué ha pasado? Nadie ni nada puede ser el culpable en concreto pero "esto se veía venir", aseguran los expertos. Y no solo eso: "Vendrán más olas". 

"La curva se va a doblegar pero después ¿qué va a pasar? La de marzo se doblegó pero después no se preparó al país, no hicimos nada" reflexiona el doctor de Urgencias del hospital Ramón y Cajal César Carballo. En su pregunta puede estar la respuesta a por qué los datos del coronavirus en España vuelven a ser tan dramáticos -42.885 contagiados nuevos y 400 muertes en 24 horas- cerca de un año después y en mitad de un plan de vacunación tan esperanzador como deficitario: se vacunan personas cuando no les corresponden, se desperdician dosis, faltan  jeringuillas apropiadas... Lejos parece quedar ese 70% de españoles vacunados con las dos dosis en verano que se necesitan para la tan ansiada inmunidad de grupo. ¿Qué ha sucedido?

El doctor Joan Caylá , miembro de la Sociedad Española de Epidemiología de España, es muy tajante a la hora de responder. "Somos muchos los que creemos que está clarísimo". Y continúa explicando a La Información: "Hubo mucha relajación en diciembre y principios de enero". Y eso se está viendo ahora reflejado en datos como que seis comunidades autónomas luchen contra una IA de más de 1.000 casos por 100.000 habitantes, con Extremadura a la cabeza (1448). "El problema es que en su momento algunos políticos llegaron a pensar que las medidas que se estaban tomando cara a la Navidad eran duras pero realmente no lo eran". Y concreta más: "Un toque de queda a las 12 de la noche no es un toque de queda". Lo compara con otras medidas más extremas que sí se tomaron antes en otros países europeos como el cierre de escuelas, potenciar el teletrabajo o cerrar bares y restaurantes "previa indemnización de forma rápida como Alemania, Francia o Italia". Los datos epidemiológicos se dispararon y no dudaron en "tener mano dura en Navidad y alguno incluso lo sigue aplicando sabedor de que un alivio prematuro puede llevar al "descontrol".

Es el ejemplo de Alemania, que ha conseguido doblegar la IA hasta 200 casos por cada 100.000 habitantes pero aunque las cifras de los últimos días son alentadoras "el virus nos ha enseñado ya lo que puede ocurrir cuando escapa a nuestro control", indicaba el ministro de Sanidad Alemán, Spahn. Al mirar la situación de España las olas vienen precedidas de un periodo de más relajación social (verano y Navidad) sin medidas más precisas que eviten los contactos. "Parte de la población no entiende la gravedad del problema y lamentablemente parte de la clase política tampoco", lamenta Caylá. Y sentencia: "Hay que ir más rápido porque el virus sí que corre. El virus corre más que nosotros"... sobre todo si hablamos de la cepa británica.

Fernando Simón dijo hace doce días que en España esta variedad iba a tener una "incidencia marginal". Hace dos ya reconocía que en marzo será dominante. El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias también veía la curva de contagios -2.499.560 en España- en una fase de inflexión, pero advierte de la situación de ocupación de las camas UCI  (un 65%). "Frenar los contagios va  a ser difícil, se conseguirá, pero costará sobre todo en según qué comunidad autónoma", asegura el experto que pone de manifiesto que tanto contagio no ha sido solo fruto de "todas las fiestas navideñas" en las que muchos han cumplido las normas y juntado solo los convivientes pero que otros pocos no han dudado en comerse las uvas para despedir el año junto a los abuelos. La gran nevada ha sido el origen también de que muchos casos se hayan retrasado en su diagnóstico porque "aunque alguien tuviera síntomas si no estaba muy grave lo habrá retrasado porque no se podía ni llegar". Esto, en una enfermedad infecciosa como la Covid-19 si hay un retraso del diagnóstico de uno o dos días implica sin duda gran probabilidad de más transmisión".

Esa falta de diagnóstico es lo que convirtió a la primera ola en un tsunami. "Ahora todo el que enferme se diagnostica y el resultado no es comparable. Es importante decirlo porque no lo estamos haciendo todo tan mal", puntualiza el doctor Daniel Carnevali, Jefe de Medicina Interna del Hospital Quirón Madrid. Aquella situación fue "explosiva" -urgencias colapsadas, falta de camas UCI, hospitales de campaña, camas en las cafeterías...- y puede que se "diagnosticaran mucho menos porcentaje de los enfermos que podrían ser positivo en coronavirus porque no se disponía de logística para ello". El estudio de seroprevalencia elaborado por Sanidad cifró en diciembre en un 9,9% los inmunizados por coronavirus en España. La mitad de ellos lo estuvo en la primera ola y la otra mitad en la segunda. Doblegar ahora el nuevo el escenario "dependerá de cómo de rápido se incremente el plan de vacunación y tardará meses por la disponibilidad de la vacuna y porque nunca en la historia de la humanidad se había hecho un programa de vacunación masivo tan importante y tan rápido. No siempre hay un culpable para todo", puntualiza. 

Esa maldita primera ola se venció con el esfuerzo de todos y el confinamiento. Y así se llegó a finales de junio con una IA muy baja. Pero el gran problema que los expertos encuentran ahí es que "no se supo aprovechar ese momento para hacer buenos estudios de contactos que en aquel momento con pocos casos se podía haber controlado y hubo mucha prisa para incentivar la golpeada economía y el turismo", reclama el doctor Joan Caylá. En esos meses un 15 de junio de 2020 los nuevos casos eran de 181 y la IA no llegaba al 10%. Ya el 18 de septiembre la incidencia empezó a superar la línea roja con 267 casos por cada 100.000 habitantes. Se empezaba a subir el Everest que nadie se imaginaba llegara hasta donde hoy está en aquellos días en los que se acabó el confinamiento. Fue ya en octubre cuando todos los positivos que se fueron acumulando del verano empezaron a ocupar las camas hospitalarias. En los meses estivales mucho se escuchaba eso de que "el virus solo tenía incidencia en invierno como la gripe pero evidentemente no es así". Esto, sumado a las ganas de que llegara el turismo, ayudo en el incremento de los casos con hospitales llenos y hoteles con turistas vacíos.  Así empezó la segunda ola. 

En octubre empiezan a tomarse medidas por parte de los gobiernos de las comunidades autónomas limitando la movilidad con confinamientos perimetrales, con toques de queda y con restricción en el número de personas no convivientes que podían reunirse. El resultado se nota en la gráfica de la incidencia, que vuelve a bajar. Pero en realidad estas medidas ¿qué lograron? Carballo es aquí muy claro: "Hemos salvado primero el verano y luego la Navidad. Ahora tocará salvar los carnavales". Porque con la segunda ola mejorando pero con una IA que rozaba el límite de riesgo máximo de 200 y 7.000 csos nuevos cada día llegó el puente del 8 de diciembre que supuso el pistoletazo de salida para la tercera ola que no se toma ni un día de descanso para tocar nuevo techo.  Cuando llega este momento "los hospitales tenían ya muchos pacientes que algunos siguen ahí, cuando empiezan a llegar los nuevos en un goteo constante", explica el epidemiólogo Caylá. "Deberíamos haber seguido siendo muy estrictos y afrontar la Navidad de otra manera". Pronostica que llegará "una cuarta ola y una quinta. Lo que sería deseable es que cada vez sean más pequeñitas". La vacunación será el salvavidas al que aferrarse para que esto suceda. 

Y mientras, la cifra de muertos ayer alcanzó los 400 en toda España en las últimas 24 horas. "Si hubiéramos hablado de esta cifra hace dos años yo, epidemiólogo, hubiera dicho que en España era imposible. Ahora todos lo aceptamos las cifras". Con los datos de incidencia del coronavirus ahora mismo en España esa cifra "seguirá subiendo". Según recoge el ministerio de Sanidad en los tramos de MOMO, en lo que va de año ya hay casi 5.000 muertes más que las estimadas para un periodo así. La causa puede no ser solo coronavirus pero los expertos ya apuntan a que "la mortalidad ya está aumentando y en los próximos días y semanas lo seguirá haciendo". Ante esta situación, las comunidades continúan endureciendo sus herramientas para frenar al virus al mismo tiempo que piden herramientas legales para tomar decisiones más contundentes. 

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