El nuevo gerente del Fondo Mundial impone más controles para evitar el fraude

  • Implementar un mecanismo de estricto control para evitar la malversación de recursos y concentrarse en la tarea primigenia de distribución de fondos son las prioridades del colombiano-brasileño Gabriel Jaramillo, nuevo gerente del Fondo Mundial de lucha contra la Malaria, el VIH-Sida y la Tuberculosis.

Marta Hurtado

Ginebra, 5 mar.- Implementar un mecanismo de estricto control para evitar la malversación de recursos y concentrarse en la tarea primigenia de distribución de fondos son las prioridades del colombiano-brasileño Gabriel Jaramillo, nuevo gerente del Fondo Mundial de lucha contra la Malaria, el VIH-Sida y la Tuberculosis.

"Los sistemas de mitigación de riesgo, al no tener un departamento de riesgo interno coordinándolos y manteniéndolos al día y vigentes, perdieron su razón de ser", asume Jaramillo en una entrevista con Efe, tras un mes al frente del organismo.

El Fondo nació en 2002 como un ente independiente de Naciones Unidas creado para "estrictamente" financiar programas -tanto públicos como de organismos privados y de ONG- para luchar contra tres de las mayores "epidemias" del mundo.

En diez años ha donado 22.600 millones de dólares que ha distribuido en 150 países, lo que la convierte en la mayor entidad en volumen de dinero captado y entregado en el área de salud pública, pero en este decenio casi muere de éxito.

Un crecimiento exponencial en dinero y en personal para gestionarla provocó un descontrol que llevó a que el año pasado la entidad descubriera y revelara que se habían detectado malversaciones de fondos en cuatro países, Mali, Mauritania, Zambia y Yibuti, además de una mala gestión en varios otros.

Asimismo, hubo acusaciones de que el Fondo había financiado irregularmente a la ONG de Carla Bruni, esposa del presidente francés y colaboradora de la entidad.

Las sospechas de malversación hicieron que países como Alemania o España anunciaran que congelaban sus aportaciones, el organismo entró en una fase de crisis de identidad, y el Consejo de Dirección decidió pedir a un grupo de alto nivel compuesto por tres personas -entre ellas Jaramillo- que evaluase la situación y diera directrices sobre cómo solucionar el problema.

El grupo determinó que, entre otros, se necesitaba una nueva gerencia y el elegido fue el propio Jaramillo, nacido colombiano y nacionalizado brasileño, quien pasó su vida gestionando bancos, principalmente en América Latina, una profesión que abandonó tras ser director ejecutivo del estadounidense Sovereign Bank, propiedad del Banco Santander.

Una decisión que no complació al que fue director ejecutivo en los últimos años, el francés Michel Kazatchkine, que abandonará su puesto en los próximos días.

"Simplificar la gestión y los procesos y establecer un departamento de control de riesgos, ese es nuestro principal objetivo", afirma, rotundo, el colombiano-brasileño cuando se le pregunta cómo va a deshacer el entuerto.

Jaramillo asumió la gerencia del Fondo hace exactamente un mes con la intención de, en tan sólo un año, lograr que "vuelva a ser lo que era. Simplemente, había perdido su razón de ser".

Para ello, pretende aplicar una práctica "de empresa privada: Tenemos que simplificar".

"El Fondo es una sola entidad, con su dirección, su ejecución y su control de calidad, es un sistema único y se había fragmentado", explicó Jaramillo.

Para mejorar el control, el nuevo gerente ha creado cinco áreas: una que supervisará a los siete países asiáticos con mayor incidencia de las enfermedades; dos unidades que examinarán a los países africanos más afectados por las tres dolencias; y un grupo que vigilará a los países de América Latina y aquellos de África y Asia menos afectados.

"Antes no se prestaba suficiente atención a algunos países más pequeños, que sólo 'surgían' a la superficie cuando el problema ya se había instalado".

Jaramillo está convencido de que el "dinero perdido por fraude se recuperará", aunque no adelantó cuándo ni cómo se logrará.

La conjunción de la crisis de credibilidad que crearon las denuncias de malversación de fondos y de los colosales problemas económicos a los cuales se enfrentan los principales países donantes obligó al Fondo a suspender la llamada Ronda 11, es decir, la presentación de nuevos programas de lucha contra las tres enfermedades.

Jaramillo no sabe si se lograrán fondos para poder convocar esa nueva ronda de peticiones de financiación, aunque deja la puerta abierta.

A finales de año, en un lugar y una fecha por determinar, habrá "una congregación" de eventuales donantes, según explicó Jaramillo.

Para el periodo 2011-2013 el Fondo había previsto contar con 11.700 millones de dólares, pero hasta la fecha sólo ha obtenido 2.640 millones.

"La implementación del plan que nos hemos impuesto creará confianza, y ya estamos obteniendo los primeros resultados, como el cheque de 750 millones de dólares otorgado por la Fundación Gates, o el compromiso público de países como España, que a pesar de las dificultades, ha anunciado que va a volver a aportar".

No obstante las incertidumbres para el futuro, lo que afirma con rotundidad Jaramillo es que "no habrá discontinuidad" con los programas que ya están en marcha.

"Se ha acabado la época de oro para la salud pública. En esta nueva fase, se logrará el mayor valor por el dinero con efectividad y eficiencia. Y eso lo lograremos aplicando cultura del sector privado", dijo.

Mostrar comentarios