El papa y Ouattara abogan por el diálogo y la reconciliación en Costa Marfil

  • Benedicto XVI y el presidente de Costa de Marfil, Alassane Ouattara, analizaron hoy la situación del país africano y subrayaron que el diálogo y la reconciliación nacional son "las únicas vías para favorecer la unidad y el desarrollo" de la nación, informó el Vaticano.

Ciudad del Vaticano, 16 nov.- Benedicto XVI y el presidente de Costa de Marfil, Alassane Ouattara, analizaron hoy la situación del país africano y subrayaron que el diálogo y la reconciliación nacional son "las únicas vías para favorecer la unidad y el desarrollo" de la nación, informó el Vaticano.

El papa y Ouattara hablaron a solas durante veinte minutos en la Biblioteca Privada del Pontífice y durante el coloquio constaron las "cordiales relaciones" entre la Santa Sede y Costa de Marfil y la contribución de la Iglesia católica al bienestar del país.

"También se exhortó a la paz y a la promoción de los derechos humanos y al dialogo y la reconciliación nacional, únicos caminos para favorecer la unidad y el desarrollo", precisó el Vaticano en un comunicado.

Además analizaron la colaboración entre la Iglesia católica y el Estado en el campo de la sanidad y la educación y la situación en África.

Tras la audiencia con el papa, Ouattara se reunió con el Secretario de Estado ("primer ministro" de la Santa Sede), el cardenal Tarcisio Bertone, y el "ministro de exteriores" de la Santa Sede, el arzobispo Dominique Mamberti.

Ouattara llegó al Vaticano a media mañana y la plaza de San Pedro fue cerrada totalmente al público durante el paso de la comitiva "por razones de seguridad" y ante los temores de que marfileños residentes en Italia se manifestaran contra el mandatario, que hace dos días destituyó al Gobierno del país, informaron fuentes vaticanas.

"He venido para escuchar sus consejos y recibir su bendición", dijo el musulmán Ouattara al ser recibido por el papa en la Sala del Tronetto, que da la biblioteca privada, lugar del encuentro.

Ouattara llegó al Vaticano acompañado de su esposa, blanca de religión cristiano-evangélica, y un séquito del que formaban parte incluso miembros del Gobierno destituido.

El presidente regaló al papa un gran ajedrez y Benedicto XVI le correspondió con la Medalla del Pontificado.

Costa de Marfil vivió en 2011 una grave crisis desatada por unos ajustados comicios electorales, tras los cuales el expresidente Laurent Gbagbo se negó a traspasar el poder a su rival político, Alassane Ouattara. Más de 3.200 personas murieron en los enfrentamientos.

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