En busca de la vocación perdida

  • Isabel Román.

Isabel Román.

Sevilla, 16 jul.- El más pequeño del grupo del seminario menor de Sevilla tiene 13 años, si continúa estudiando, le espera un sueldo fijo, un trabajo gratificante y un buen hogar. El sacerdocio ofrece una vida "diferente", que no quiere decir "rara" como afirma el rector del Seminario Metropolitano de Sevilla, Antero Pascual.

Cuando el pequeño alumno termine sus estudios obligatorios y el bachillerato, si su fe es fuerte y siente la vocación, se ordenará sacerdote tras seis cursos de estudios teológicos y filosóficos.

Los nuevos estudiantes de los seminarios son jóvenes que han tenido tiempo de "reflexionar", que tienen "experiencia en la vida", algunos universitarios y personas que han trabajado, explica el rector del Seminario.

Esta trayectoria vital es ahora un factor muy importante, asegura el clérigo, son personas que "desean hacer algo por los demás" sin pensar en ellos mismos.

Andalucía da cobijo a trece diócesis donde estudian 220 personas que han dado respuesta a la llamada de Dios dedicándose al estudio de la biblia y la historia.

Los 31 sacerdotes ordenados este año en Andalucía subirán al altar para transmitir a sus feligreses las bonanzas de seguir la palabra del Señor para curar, en la medida de lo posible, la crisis existencial del ser humano, que seducido por el consumo ha olvidado los valores que hacen buenas a las personas, afirma Antero Pascual.

Esta falta de valores, una posible crisis de fe, unido a un consumismo desbordado confunde los sentimientos puros, profundos y humanos y ha dejado las aulas de los seminarios con cursos impartidos para una o dos personas, ha señalado.

Se podría decir que en cada pueblo existe una Iglesia o mínimo una pequeña parroquia o capilla dónde cada domingo un clérigo acude haciendo malabarismos con las horas para poder ofrecer servicio a todos los fieles.

Es un hecho que no hay sacerdotes para orar en cada altar ni estudiantes suficientes para cubrir el retiro de los que tantos años llevan al servicio de la palabra de Dios.

España contó en el curso pasado con 1.321 estudiantes en seminarios, aún así la escasez es evidente. Córdoba es el segundo seminario con más alumnos, treinta repartidos en los seis cursos, detrás de Sevilla, dónde 38 alumnos estudiaron en el Seminario Metropolitano.

Las cifras del resto de España son algo más altas, Madrid es el primero en el número de seminaristas (139), seguido de Toledo (86) y Valencia (66). Sevilla comparte el cuarto puesto de número de estudiantes con Cartagena y Zaragoza.

Aunque no todo es negro, desde el curso 2011/12, en España, hay un aumento de catorce personas en los seminarios, aunque muy lejos de las cifras que se manejaban entre los cursos del 98 y el 2004, donde la media en Sevilla era de setenta alumnos.

El arzobispo de Sevilla, Asenjo Pelegrina, aseguró en una carta a los clérigos que para "el año 2016 no tendremos ninguna ordenación presbiterial" haciendo una llamada a la implicación de la búsqueda de nuevos estudiantes, jóvenes que sientan la vocación en el corazón.

Los seminaristas tienen seis cursos de estudios superiores para conocer las escrituras, interpretarlas y aprender a comunicar.

Mientras estudian, se organizan retiros espirituales, encuentro prevocacionales además de peregrinaciones. Para los más pequeños, de los Seminarios Menores, se organizan preseminarios, torneos de fútbol, colonias vocacionales y la celebración del día del monaguillo para preparar a éstos jóvenes a una vida dedicada a los demás.

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