Fuerzas de seguridad de Al Fatah se preparan para volver al trabajo en Gaza

  • Husam Abu Salama, exfuncionario de seguridad de Gaza de 30 años, se ha entrenado cada día desde que los líderes de Hamás y Al Fatah -el partido del presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abás- firmaron un acuerdo de reconciliación nacional, el pasado 23 de abril.

Saud Abu Ramadan

Gaza, 5 jun.- Husam Abu Salama, exfuncionario de seguridad de Gaza de 30 años, se ha entrenado cada día desde que los líderes de Hamás y Al Fatah -el partido del presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abás- firmaron un acuerdo de reconciliación nacional, el pasado 23 de abril.

Abu Salama inició un intenso programa de entrenamiento corriendo por las calles durante la noche y asistiendo al gimnasio durante el día para ponerse en forma de nuevo.

El joven espera el momento en que le pidan regresar al cuerpo de seguridad al que pertenecía hace siete años.

Cuando el movimiento islamista Hamás tomó el control de Gaza tras semanas de enfrentamientos con las fuerzas leales a Abás, éste solicitó a cerca de 70.000 funcionarios que no trabajaran en la franja bajo el mandato de Hamás, prometiéndoles que mantendría sus salarios.

Tras siete años de división interna, el pasado lunes ambas fuerzas políticas respaldaron la creación de un Gobierno interino de unidad y, tan sólo un día después, el nuevo primer ministro, Rami Hamdala, anunció que pronto daría instrucciones a esos trabajadores "retirados" sobre la vuelta a sus funciones.

"En este tiempo, he estado en casa sin hacer nada. Pero cuando los líderes de Hamás y Al Fatah firmaron la implementación del acuerdo de reconciliación y el final de la división, volví a hacer deporte", explica Abu Salama.

"Estoy contento con la nueva situación", declara.

Este teniente había servido en las Fuerzas de Seguridad nacionales durante tres años hasta que Hamás comenzó a gobernar en Gaza y expulsó a las fuerzas de Abás.

Como otros tantos miles, Abu Salama se muestra esperanzado por el nuevo periodo que se abre y se prepara para el inminente regreso al trabajo, después de la inactividad impuesta por la divergencia política.

Mohamed Al Jabali, oficial de inteligencia de 45 años y vecino del barrio de Sheja'eya, en la ciudad de Gaza, relata cómo ha sido su vida conviviendo en un apartamento con su mujer y seis niños durante siete años en los que nunca regresó a la sede del cuartel de seguridad donde trabajaba.

"Miles de nosotros -funcionarios y fuerzas de seguridad- recibimos instrucciones de Abás de detener nuestra labor. Y así lo hicimos; estuvimos en casa todo este tiempo", rememora.

Se muestra satisfecho ante el giro que ha dado la situación. "Así Hamás dejará de arrestar y torturar a la gente y acabarán las restricciones de movimiento que sufrimos. Habrá un Gobierno de unidad que debe poner fin a la represión y a las detenciones".

La esperanza también invade a Samira Abu Hussein. Tiene cinco hijos, 46 años y un marido que ha estado desempleado más de siete.

"Siete años de ruptura interna han afectado muy negativamente a nuestra vida diaria. La situación económica en Gaza es pésima. Lo único que esperamos es que cuando finalice el proceso de reconciliación, la división termine y la economía mejore", confía.

El analista político y columnista del diario "Al-Ayyam" Akram Atallah cree que estos cambios son posibles.

Piensa que el nuevo Gobierno encabezado por Hamdala todavía conserva buena relación con Europa y EEUU, por lo que no espera "un cambio de posiciones (externas) hacia el Ejecutivo de unidad".

"No veo ningún problema para que la comunidad internacional, Europa y EEUU traten con este Gobierno. El problema está en Israel, que busca cualquier excusa para dinamitar el fin de la división interna", comenta.

A sus ojos, la reunificación palestina "aumentará la presión sobre Israel, para que busque una paz definitiva con los palestinos" y acepte "la solución de los dos Estados".

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