Irán insta a Baréin a aplicar reformas democráticas y poner fin a represión

Teherán, 22 nov.- Irán instó hoy al Gobierno de Baréin a aplicar reformas democráticas y poner fin a la represión para solucionar el conflicto que afecta a su país desde febrero de 2011, en el que han muerto docenas de personas y cientos ha sido heridas y detenidas.

"Poner fin a la presencia militar extranjera en Baréin y un diálogo nacional son las dos medidas políticas estratégicas para salir de la profunda crisis que sufre el país", dijo el viceministro iraní de Exteriores para Asuntos Árabes y Africanos, Husein Amir Abdolahian, según la televisión oficial en inglés, PressTV.

Abdolahian recalcó que el Gobierno de Manama debe dejar de usar gases que pueden tener efectos letales para disolver manifestaciones por parte de grupos, en su gran mayoría de musulmanes chiíes, que reclaman democracia, ya que, aseguró, lo hacen "de forma pacífica".

Tras el inicio de las protestas, Baréin recurrió a sus socios del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG), que envió tropas, en su mayoría saudíes, para ayudar al Gobierno de Manama.

La República Islámica de Irán, con un régimen teocrático chií, que históricamente ha tenido pretensiones territoriales sobre Baréin, ha apoyado los levantamientos en ese pequeño estado insular del golfo Pérsico, con un 70 por ciento de población chií y gobernado por una monarquía musulmana suní.

El pasado mayo, el CCG, compuesto por Arabia Saudí, Baréin, Emiratos Árabes Unidos, Qatar, Kuwait y Omán, se reunió en Riad para estudiar una eventual unión, que empezaría por Baréin y Arabia Saudí.

Entonces, Irán calificó la posible unión de "peligrosa conspiración" y dijo que estaba "tramada por el ominoso triángulo que forman EEUU, Reino Unido y el régimen usurpador de Israel".

Los países del CCG acusaron a Irán de inmiscuirse en sus asuntos internos y el ministro de Exteriores saudí, Saud al Faisal, instó a Teherán a no interferir, "incluso si vamos a una Unión", lo que elevó la tensión siempre latente entre Riad y Teherán.

Teherán ha manifestado su respaldo a las revoluciones de Túnez, Egipto, Libia y Yemen y los levantamientos y protestas en Baréin, Arabia Saudí y Jordania, pero apoya firmemente al régimen de Siria, su principal aliado árabe.