Ginebra.- Miembros de la diáspora iraní participaron hoy en una manifestación frente a la sede europea de la ONU en Ginebra, dentro de una serie de acciones en Europa para pedir la protección del campo de refugiados de Ashraf, localizado en Irak y donde residen miles de iraníes.
Con esta manifestación, en la que se sucedieron los discursos de familiares de residentes en Ashraf y de dirigentes del Consejo Nacional de Resistencia Iraní, se cumplen cien días de la concentración que medio centenar de iraníes mantienen de forma permanente frente a las dependencias de Naciones Unidas.
En el campo de Ashraf viven desde hace más de dos décadas unos 3.400 iraníes vinculados a la Organización de los Muyahidines del Pueblo de Irán, que depuso las armas en 1990.
Ese grupo se creó tras el triunfo de la revolución islámica en Irán en 1979 y sus miembros fueron acogidos y protegidos en Irak por Sadam Husein, desde donde lanzaron ataques contra aquel país, que les considera terroristas.
Pero desde entonces la situación ha dado un giro y el actual Gobierno de Bagdad ve la existencia de Ashraf como un obstáculo para el reforzamiento de sus renovadas relaciones con Teherán.
Durante la manifestación de hoy, en la que se enarbolaron cientos de banderolas con el retrato de la presidenta del Consejo Nacional de Resistencia Iraní (CNRI), Maryam Rajavi, se pidió a la ONU que asuma la protección del campo de refugiados.
"Los disidentes iraníes están bajo una grave amenaza por parte del régimen iraní. Por eso, pedimos a Naciones Unidas que encuentre alguna manera de garantizar su seguridad", dijo a Efe el portavoz del CNRI, Mohamad Mohadesin.
Precisó que se ha solicitado a la oficina del Alto Comisionado para los Refugiados "que reafirme el estatus de refugiados políticos de los residentes en Ashraf".
Asimismo, instó al Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos a que establezca un grupo en el campamento para que supervise su protección.
"El Gobierno iraquí está bajo la influencia total del régimen iraní, que le está presionando para cerrar el campo antes de que termine 2011. Si la ONU no interviene, habrá inevitablemente una nueva masacre", denunció Mohadesin.
El pasado abril, fuerzas iraquíes compuestas por más de 2.000 hombres y vehículos militares atacaron el campo y provocaron la muerte de 34 personas y heridas a 340, según informaciones corroboradas por la ONU.
Desde entonces, distintas organizaciones de defensa de los derechos humanos y el CNRI advierten de que se prepara una nueva ofensiva armada para hacer desaparecer ese campo.
Los ministros de Asuntos Exteriores de Irán e Irak anunciaron hace un mes un acuerdo para trabajar conjuntamente en el desmantelamiento del campo, con la ayuda de la Cruz Roja Internacional.
Personalidades de la política estadounidense y europea, así como la excandidata a la presidencia de Colombia Ingrid Betancourt, se han sumado a la campaña internacional en favor de los refugiados de Ashraf y han pedido su reubicación en terceros países, pues retornar a Irán podría suponer un riesgo para ellos.
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