La edad crítica para la mujer, entre los 40 y 49: ahí se replantean su vida y su pareja

  • Los cumpleaños más importantes para las mujeres son los 26, los 40 y los 50 años. El 40% no quiere ser ya ni niñera ni madraza. 
No todas las agresiones de hombres a mujeres pueden considerarse motivadas por el machismo.
No todas las agresiones de hombres a mujeres pueden considerarse motivadas por el machismo.
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Los hombres son de Marte y las mujeres de Venus. Es el título de un bestseller que demostraba cuán diferentes somos y qué poco nos conocemos. Menos ellos a ellas, porque son las mujeres las que más han cambiado. Un informe elaborado por la profesora de EAE Business School y Gender Studies Director de PRM Market Intelligence, Laura Sagnier Delgado, titulado 'Las mujeres hoy: cómo son, qué piensan y cómo se sienten las mujeres en España' (Deusto) da algunas claves de cómo evoluciona la mentalidad de una mujer a lo largo de los años. 

A partir de la mayoría de edad, hay tres cumpleaños que serán clave en la vida de las mujeres: el de los 26 años, el de los 40 años y el de los 50 años. Son las fechas en las que se replantean su vida y toman las decisiones más trascendentes, aunque los nueve años que transcurren ente los 41 y los 49 definen la franja de edad más complicada para las mujeres, ya que más de un tercio han incorporado a su vida los tres frentes. ¿Cuáles son? Trabajo, pareja e hijos. Un cóctel molotov que trastoca su vida. Esta es la franja de edad en la que las mujeres se sienten, en general, menos felices, según el análisis realizado por el estudio. Es a partir de los 50 años, cuando las mujeres simplifican su vida: disminuyen tanto las que tienen trabajo remunerado (ya no les compensa) como las que conviven en pareja (ya no aguantan más la relación que no funciona).

Llama la atención también que han aumentado el número de mujeres que consideran que no quieren ser ni niñeras ni madrazas, un 40%. El 9% se arrepiente de haber sido madre, el 18% está desengañada, aunque volvería a serlo, mientras que el 73% se muestra realizada por haber tenido descendencia. La realidad demuestra también que para las mujeres, pese a todo, la mayor fuente de su felicidad son sus hijos. Las amigas, las madres y los amigos ocupan las primeras posiciones. Paradójico o no, el marido se ve relegado a un sexto puesto. Y es que uno de los grandes motivos de infelicidad para ellas es no haber acertado con su pareja. En cuanto a lo que les provoca más infelicidad siguen repitiéndose algunos clichés: el físico, los suegros (sí, más ella que él) y la falta de tiempo para sí mismas.

En relación a sus parejas, ellas siguen valorando que él sea detallista, cariñoso (56%), que sepa escuchar (53%), que dedique tiempo a la pareja (51%) y que ayude en el hogar (42%), aunque las rupturas estén más relacionadas finalmente con la falta de sinceridad, la insatisfacción sexual, la falta de libertad y las dificultades económicas. 

En cuanto a su día a día, hay clichés que se han roto. El primero es que cada vez son más las mujeres que aportan a la economía familiar tanto dinero como sus maridos. Ellas están soportando, de media, el 42% de los gastos familiares; con la llegada de hijos, las mujeres activas en el mercado laboral destinan casi tres horas más de media al día a tareas familiares, mientras que los hombres destinan menos de una hora más de media al día. La paridad económica ha avanzado mucho más que la que tiene que ver con la de compartir tareas. Ahí el avance es escaso. 

Las mujeres soportan casi el triple de trabajo que su pareja en la realización de las tareas de la casa: la mujer realiza, de media, el 72% de las tareas de la casa, mientras que el hombre con el que convive realiza, de media, el 25%. Las mujeres soportan más que el triple de trabajo que su pareja en el cuidado y educación de los hijos. Todo eso afecta al trabajo, claro. El 42% de las mujeres han llegado a la conclusión de que solo trabajan por dinero. Una de cada cinco mujeres con experiencia laboral antepone su familia a su trabajo remunerado. Sí, los hijos siguen siendo el mayor freno. Por ellos, el 60% abandona totalmente el mercado laboral y el 40% frena en su progresión. Queda mucho por avanzar sin olvidar que tal vez sí, los hombres son de Marte y las mujeres de Venus.

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