#8M, huelga feminista: el impacto económico de un día sin mujeres

  • Los paros se hará notar en sectores como servicio doméstico, sanidad, educación, comercio y cuidados, con más de un 90% de trabajadoras.
Cartel de la CGT para la convocatoria de la huelga feminista el 8 M.
Cartel de la CGT para la convocatoria de la huelga feminista el 8 M.
CGT

Economía es un sustantivo femenino, pero la economía sigue siendo desigual. Más de la mitad de la población en España (50,93%) son mujeres. Ellas representan el 45% de la fuerza laboral del país, el 88% del trabajo doméstico y el 90% de los cuidados. Las que trabajan y figuran en los registros de Empleo son casi nueve millones de ocupadas, pero hay muchas más diluidas en la economía sumergida, empleadas en trabajos no remunerados o al frente de negocios familiares sin nómina. 

Con una tasa de paro del 18,3%, España es el segundo país de la Unión Europea después de Grecia con el desempleo femenino más alto. También el masculino es elevado, hasta un 14,9%, casi tres puntos no obstante por debajo del de las mujeres. El desempleo las mira peor a ellas: el paro femenino ha descendido un 5 % anual, mientras que el masculino lo ha hecho el doble, un 10 %.

De acuerdo al Instituto Nacional de Estadística, 8.436.200 mujeres trabajan en España. De ellas, 2.056.000 lo hace a tiempo parcial, frente a los 776 hombres que pasan en el tajo menos de ocho horas diarias. El 72% de los contratos a tiempo parcial tiene nombre de mujer. Y eso porque ellas se encargan de la crianza de los hijos, del trabajo doméstico y del cuidado de los dependientes en una sociedad todavía inequitativa.

Pero, por más que quisieran, tampoco tendrían fácil aumentar la jornada. El empleo parcial, aunque por debajo de la media de la OCDE, es una tónica cada vez más habitual en el mercado de trabajo español. Para más inri, el 92% de las excedencias y reducciones de jornada para cuidado de hijos o mayores de 2017 fueron solicitadas por mujeres, con lo que implica en trayectoria laboral y en las cotizaciones para jubilación. La brecha salarial no son los hijos sino el desigual reparto de los cuidados.

Aún así, cuando las mujeres que puedan y aquellas que quieran paren, España lo va a notar. El impacto de la huelga feminista sobre la economía será clave para conocer el peso de las mujeres en el funcionamiento del país, al margen de encuestas. 

Servicio doméstico, limpieza, cuidados, sanidad, lineales de supermercados, tareas administrativas, atención al público, cocina y enseñanza son sectores feminizados en un 90%. Casas sin limpiar, guarderías sin personal, hospitales sin enfermeras, colegios sin profesorado, dependientes al cuidado de ellos... 

Según la última Encuesta de Población Activa, el 97,4% de los trabajadores en el servicio doméstico son mujeres.  Casi el 85% de las enfermeras son enfermeras y no enfermeros, en médicos el porcentaje disminuye pero roza el 50%  La educación infantil prácticamente desaparecería por un día: más del 97% de los profesores son mujeres. En primaria la situación no sería muy diferente, ocho de cada diez son profesoras. Ellas ocupan casi el 90% de los puestos en estos y otros sectores como el cuidado de mayores.

Un país paralizado y sus servicios desatendidos: esta puede ser la imagen que nos encontremos el próximo 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer y fecha elegida para la convocatoria de la huelga feminista.

Después de responsabilizarse de las tareas que ellas dejen sin atender y si el tiempo se lo permite, por solidaridad y porque esta es la manera que tienen los hombres de secundar la huelga, el paro pasará sin pena ni gloria por áreas relacionadas con la electricidad, la construcción, talleres mecánicos, agricultura, ganadería, pesca, transporte público, técnicos y tecnólogos… La presencia de mujeres en estos sectores baja del 10%; es, por lo tanto, prácticament inexistente.

Esta división del trabajo por sexos-ellos son doctores y ellas son enfermeras; ellos, directivos y ellas, secretarias-, está en el origen de la brecha salarial de género. En España, ellas ganan un 14,9% menos en cifras del Gobierno, un 20% menos que ellos según los datos de Oxfam Intermón y un 30% en datos de CC OO. 

“Los hombres tienen un rol importante cubriendo esos cuidados que no pueden parar o ejerciendo esos servicios mínimos que no podemos hacer las mujeres que estar en huelga”, matiza Justa Moreno, desde la plataforma Hacia la huelga feminista.

Cuidado doméstico

Con todo, la mayor brecha de género está en el trabajo que no se paga. Las aportaciones no remuneradas que realizan pueden suponer el 45% del Producto Interior Bruto de los países, en el análisis de la economista Carmen Castro. “Hacer una huelga general de mujeres nos plantea a muchas de nosotras el problema de la gran precariedad de nuestros trabajos y la vulnerabilidad de nuestra situación en el mundo laboral y en la vida en general”, explica Justa Montero, desde la Comisión 8M de Hacia la huelga feminista. “Esto se añade a la dificultad que todas tenemos para hacer huelga, muchas mujeres no podemos ni siquiera ejercer ese derecho”, continúa Justa. 

Por esto, el movimiento convoca, además de una huelga de cuidados femeninos, una huelga de consumo. Ni vendedoras ni compradoras el 8 de marzo. Consumo cero. Hacia la huelga feminista también llama al boicot de la tasa rosa, la diferencia de precio en aquellos productos dirigidos al mercado femenino en comparación con el masculino. Las mujeres, además de cobrar menos y sufrir más precariedad, necesitan productos más caros, como todos los que tienen que ver con la higiene femenina, gravados con un IVA del 21%. Llamamos a "reducir el consumo a lo estrictamente necesario para tu supervivencia y tu activismo", explican desde la Asamblea 8M.

“Es un llamamiento a las mujeres para que paren en todos los trabajos que realizamos, en el trabajo asalariado, si lo tienen, pero también en el que realizamos todas, el cuidado y el trabajo doméstico. Es una protesta general de las mujeres contra el machismo que se expresa en todos los ámbitos de la sociedad. Es un llamamiento general y una huelga que nos incumbe a todas las mujeres”, concluye Justa Moreno.

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