El Cairo, 15 mar.- Nuevas masacres de civiles denunciadas por la oposición y una masiva marcha organizada en Damasco por el régimen en apoyo al presidente Bachar al Asad marcaron hoy el primer aniversario del levantamiento popular en Siria.
Según los opositores Comités de Coordinación Local, grupos de rebeldes descubrieron este jueves 23 cadáveres con signos de tortura cerca de una granja en Idleb, ciudad situada en la frontera con Turquía cuyo control fue recuperado el miércoles por el Ejército sirio tras varios días de ofensiva.
De acuerdo con su relato, los cadáveres hallados llevaban las manos esposadas y los ojos vendados y, según un médico que los examinó, fueron golpeados antes de ser ejecutados con un disparo en la cabeza.
En Idleb también perdieron la vida al menos 14 personas más en ataques del régimen, mientras que otras cinco perecieron en Hama (centro), tres en Deraa (sur), tres en Homs (centro), dos en la periferia de Damasco y una en Alepo (norte).
A este respecto, el "número 2" del rebelde Ejército Libre Sirio (ELS), Malek Kurdi, explicó a Efe que las tropas de Al Asad lanzaron varias operaciones de represión y quemaron cadáveres en Idleb, ciudad sometida a un cruento asedio que recuerda al que sufrió la localidad de Homs semanas atrás.
Los rebeldes del ELS se hallan a las afueras de este localidad, y al parecer se preparan para librar nuevos combates contra el Ejército, que prosigue con el bombardeo a localidades cercanas como Jan Sheijun.
Kurdi anunció, asimismo, que el ELS ha capturado a un general del Ejército sirio y dado un plazo de 72 horas al régimen para que libere a algunos detenidos en Duma, en la periferia de Damasco, si quiere evitar su ejecución.
El militar rebelde justificó la acción con el argumento de que al aumentar el número de presos en las cárceles sirias, sus fuerzas deben tomar este tipo de medidas para liberarlos, y advirtió de que no será la última vez que el ELS capture a miembros de las Fuerzas Armadas.
Dentro de la espiral de violencia en la que vive el país desde hace meses, los rebeldes atacaron con explosivos un vehículo de las fuerzas de Seguridad en la localidad de Tafes, vecina a Deraa, y mataron a sus seis ocupantes.
Tras el ataque se desencadenaron enfrentamientos entre los soldados y los rebeldes, al tiempo que aumentó el despliegue policial y militar en la zona, explicó a Efe por teléfono Yazbed Burdan, un activista de la oposición en Deraa.
"La población tiene miedo de una operación del régimen contra los civiles en venganza por este ataque", agregó.
En el primer aniversario de las protestas, el régimen también quiso hacer una demostración de fuerza y logró congregar a decenas de miles de personas en las calles de Damasco para mostrar su apoyo a Al Asad.
Numerosos jóvenes tocaron eufóricos las bocinas de los vehículos, corearon lemas como "Somos tus hombres, Bachar" y portaron banderas sirias e imágenes de Al Asad.
La televisión oficial siria mostró imágenes de marchas similares que tuvieron lugar en otras grandes ciudades como Latakia y Alepo, ésta última la segunda en importancia del país.
En el plano exterior, Amnistía Internacional insistió este lunes en que el régimen sirio es responsable de poner fin a las violaciones de los derechos humanos y de cesar la violencia contra los civiles.
El secretario general de AI, Salil Shetty, pidió, asimismo, que los responsables sirios que sean hallados culpables de crímenes de guerra y violaciones de los derechos humanos sean arrestados y transferidos a la Corte Penal Internacional por el Consejo de Seguridad de la ONU.
Por su parte, la subsecretaria general de la ONU para Asuntos Humanitarios, Valerie Amos, anunció que Naciones Unidas y la Organización de la Conferencia Islámica (OCI) participarán a partir de este fin de semana en una misión de evaluación humanitaria en Siria encabezada por las autoridades de Damasco.
Un año después del inicio de las protestas antigubernamentales, las sanciones internacionales y los esfuerzos mediadores no han logrado avances en Siria, donde más de 7.500 personas han muerto, según datos de la ONU, y decenas de miles se han visto desplazadas.
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