Un rutero de este año, hijo de una de las pioneras de la primera aventura ideada por Miguel de la Quadra-Salcedo en 1979

Un rutero de este año, hijo de una de las pioneras de la primera aventura ideada por Miguel de la Quadra-Salcedo en 1979
Un rutero de este año, hijo de una de las pioneras de la primera aventura ideada por Miguel de la Quadra-Salcedo en 1979
De la enviada especial de EUROPA PRESS, Ana Moreno
De la enviada especial de EUROPA PRESS, Ana Moreno

Llorenç Ortí López tiene 18 años y sería un participante más de este año si no fuera porque proviene de una familia rutera. Su madre, Pilar López Moreno, formó parte de la primera expedición que creó Miguel de la Quadra-Salcedo, llamada Aventura en el Amazonas y precursora de la conocida posteriormente como Ruta Quetzal.

Pero es que además, los Ortí López son una familia numerosa de diez hermanos, de los cuales cuatro han formado parte de la historia de la Ruta de una u otra manera: tres de ellos, además de Pilar, fueron expedicionarios, mientras que el cuarto no logró superar la prueba para ser rutero, pero sí para monitor.

"Siempre he visto que mis hermanos han tenido muy buena experiencia y por eso me presenté para participar en la Ruta", ha explicado Llorenç a los periodistas que acompañan a la expedición en medio de las ruinas mayas de Edzná, en el oeste de la península de Yucatán (México).

La experiencia de su madre en 1979 ha resultado clave para que algunos de sus hijos hayan querido seguir sus pasos. "Quería que participásemos de esta experiencia que a ella le había aportado mucho", explica el joven.

UNA PRIMERA RUTA MUY DIFERENTE

Aquella vez fue la primera Ruta y, por tanto, muy diferente a las que se organizaron después. Los participantes no eran todos adolescentes, sino que sus edades comprendían entre los 18 y 28 años. No eran 180 expedicionarios como este año --ni los 400 que la Ruta llegó a tener en los años noventa--, sino únicamente 70.

Acompañados en todo momento por Miguel de la Quadra-Salcedo, que entonces tenía 47 años, los primeros ruteros pasaron 21 días conociendo el mundo aymará y quechua por Colombia, Perú y Brasil y nueve de ellos transcurrieron navegando por el Amazonas.

Pilar, la madre de Llorenç, fue una de las afortunadas. Entonces tenía 18 años, como su hijo hoy, y estaba estudiando Periodismo. Ahora trabaja en TVE, vive en Esparraguera (ciudad situada a unos 30 kilómetros de Barcelona) y tiene diez hijos de edades comprendidas entre los 32 y los 15 años. Llorenç es el penúltimo.

FORMAR PARTE DE OTRA GRAN FAMILIA

Pilar ha transmitido a todos ellos su amor por este proyecto y cinco de ellos ya pueden decir que forman parte de otra gran familia aparte de la suya, la rutera. La primera hermana en tener el título de expedicionaria fue Pilar, que participó en la expedición de 2006 a Guatemala, Belice y sur de México. Ese año también lo intentó otro de los hermanos, Carlos, pero no lo consiguió y tuvo que esperar a la siguiente edición, cuando la Ruta viajó a México.

En 2008 le tocó el turno a Mónica, que se unió a la expedición para viajar a las selvas de Panamá, mientras que el cuarto hermano que participó en la Ruta antes que Llorenç fue José Manuel, también en una expedición a México, curiosamente para conocer la cultura maya, igual que este año, pero lo hizo como monitor, ya que no superó las pruebas para rutero.

Llorenç, que acaba de terminar 2º de Bachillerato y quiere ser médico como su padre, intentó ser expedicionario hace dos años, pero no superó las pruebas. Sin embargo, el destino quiso que con él se cerrara el círculo que abrió su madre en 1979 y la organización de la Ruta decidió aumentar la edad mínima de los participantes, por lo que por fin ha podido tener su oportunidad.

COMO UNA "MINIVIDA"

Para él, lo mejor de la Ruta es "poder convivir con gente de tantas partes de América", pero también conocer otros lugares, otras culturas. "La Ruta es como una minivida dentro de la realidad de cada uno de nosotros", explica emocionado.

Lo único que lamenta es no haber conocido al ideólogo de este gran proyecto que es la Ruta, Miguel de la Quadra-Salcedo, algo que sus hermanos y su madre sí pudieron hacer. Ha sido gracias a las experiencias de todos ellos como Llorenç se ha acercado a la figura del padre de la Ruta, a su aportación al mundo de la aventura y el periodismo.

Después de que el BBVA anunciara que dejará de patrocinar la Ruta después de este año --sólo un mes después del fallecimiento de Miguel de la Quadra--, la duda de si este proyecto de intercambio cultural tendrá futuro planea sobre toda la expedición.

Para Llorenç, está claro que la Ruta "debería continuar" como fuera, ya que "no es sólo un proyecto de jóvenes que conviven, sino que crea unos lazos entre ellos imborrables que además demuestran que "todos somos una misma cultura".

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