Rusia da oxígeno a Al Asad mientras árabes y europeos multiplican la presión

  • La decisión de Rusia y China de frenar cualquier tipo de intervención en Siria pese a la sangrienta represión del régimen devolvió hoy la oscura época de la "guerra fría" a la región, con dos bloques internacionales enfrentados por mantener su influencia en la zona.

Redacción central, 7 feb.- La decisión de Rusia y China de frenar cualquier tipo de intervención en Siria pese a la sangrienta represión del régimen devolvió hoy la oscura época de la "guerra fría" a la región, con dos bloques internacionales enfrentados por mantener su influencia en la zona.

Mientras el ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguei Lávrov, se desplazaba este martes hasta Damasco para escenificar el respaldo dado en la ONU, EEUU comenzaba a cerrar la embajada en la capital damascena y árabes y europeos incrementaban la presión.

A su llegada al país árabe, el jefe de la diplomacia rusa afirmó que "Siria necesita la paz, y se debería alcanzar un acuerdo fuera de cualquier intervención extranjera".

Moscú "pretende continuar su trabajo con las autoridades sirias" de cara a hallar una solución negociada, para lo cual invitó a sentarse a conversar "a aquellos que rechazan el diálogo", agregó Lavrov, al que el régimen recibió con una de sus tradicionales y orquestadas manifestaciones de apoyo.

De igual forma, recordó que su país está listo para cooperar en una salida al conflicto "como fue mencionado en la iniciativa de la Liga Árabe el pasado 2 de noviembre".

Lavrov, que viajó al país árabe acompañado por el jefe del servicio de espionaje exterior, Mijaíl Fradkov, aseguró, además, que Al Asad está dispuesto a dialogar con todas las fuerzas políticas y "comprometido con el cese de la violencia, independientemente de donde provenga".

El político ruso aterrizó en la capital siria escasas horas después de que Washington decidiera romper la baraja diplomática y ordenara el cierre el cierre de su embajada en Damasco en respuesta a la decisión del régimen de intensificar las acciones bélicas en los barrios rebeldes de Homs, en el centro del país.

A la medida se unieron este mismo martes los países integrados en el Consejo de Cooperación del Golfo (CCG), una organización regional liderada por Arabia Saudí y a la que pertenecen Kuwait, Omán, Qatar, Bahrein y Emiratos Árabes Unidos.

Riad, que mantiene un pulso con Siria en el seno de la Liga Árabe desde que en 1987 la familia Al Asad estableciera una alianza estratégica con Irán, ha sido, además, el promotor de la imposición de unas inusuales sanciones árabes a Siria.

Igualmente, ha promovido un plan de paz, aceptado por una parte de la comunidad internacional y rechazado por Moscú, que pretende una solución "a la yemení".

En un comunicado divulgado en Riad, el CCG exigió, asimismo, a los embajadores sirios acreditados en sus respectivas capitales que abandonen su territorio nacional "de inmediato".

"Los miembros del Consejo siguen con enfado y tristeza la escalada de la violencia en Siria, que no tiene compasión ni con niños, ni mujeres ni mayores, en actos terribles que solo se pueden calificar de masacres masivas contra el pueblo sirio desarmado", subrayó.

Al hilo de este argumento, el CCG rechazó la excusa del régimen sirio de que su brutal acción militar combate el terrorismo y la agresión extranjera.

Además, lamentó que, en su opinión, no queda "ningún resquicio de esperanza para solucionar la crisis" en Siria, por lo que pidió al Consejo de Ministros de la Liga Árabe, que se reúne el próximo domingo, que tome "medidas decisivas".

En la misma línea, Marruecos, otro de los países musulmanes con peso en la escena internacional, pidió a Rusia y China que ejerzan más presión sobre el régimen sirio, al tiempo que abogó por una salida que evite la intervención militar.

"Nosotros siempre hemos pedido a Rusia y China que hagan más presión sobre Siria para que se detenga la violencia", aseguró este martes en Lisboa el jefe de la diplomacia magrebí, Saadedín al Otmani, tras reunirse con su homólogo portugués, Paulo Portas.

El ministro marroquí puntualizó, no obstante, que se debe esperar a la reunión de la Liga Árabe del próximo domingo para saber "cuál es la siguiente etapa" a afrontar.

"Tenemos que hallar una posible solución política sin intervención militar, porque una intervención militar podría ser desastrosa", advirtió.

El anuncio del CCG y las advertencia marroquíes coincidieron con la decisión de varios países europeos, como Alemania, España, Francia e Italia de llamar a consultas a sus embajadores en la capital siria.

Pese a su decisión unilateral, la Unión Europea precisó que, de momento, no se plantea retirar a sus diplomáticos de Siria, ya que considera necesario que haya observadores independientes de lo que ocurre en ese país.

En una rueda de prensa en Bruselas, el portavoz de la jefa de la política exterior de la UE, Michael Mann, recordó que la UE prepara una nueva batería de sanciones contra el régimen, aunque recordó que la salida política a la crisis debe ser liderada por la Liga Árabe.

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