"Algunos admiten que no se van a aislar"

Esther, 'rastreadora': "Empieza lo difícil, los positivos salen y van a las terrazas"

Ester, rastreadora
Ester, rastreadora
La Información

Esther prefiere enfermera 'investigadora' antes que 'rastreadora', el apelativo que Sanidad les adjudicó y que ha corrido como la pólvora. Contesta rápida a la llamada de La Información y trata de romper el enigma que, desde hace días, rodea al batallón encargado de dar caza al fantasma del virus: "Lo que hacemos no tiene nada de misterioso". Esta profesional, de 25 años, coordina, junto con otros tres sanitarios, a todo el equipo de rastreadoras de Ciudad Real. Su trabajo consiste en estrechar el cerco a la Covid. Cuanto más abre la mano el Gobierno, más se extiende la telaraña que teje el virus. "Lo difícil está por venir, los contactos de los nuevos positivos ya no se limitan al hogar... ahora pueden haber estado en una terraza".

La sanitaria trata de aportar algo de luz sobre su día a día: "Somos un poco detectives, aunque actuamos más de psicólogas". El pijama verde sigue causando un efecto tranquilizador sobre unos pacientes que siguen teniendo algo de miedo y muchas dudas. "A veces viene una mujer con síntomas y, cuando le dices que tiene que aislarse tanto ella como el resto de su familia, te mira y admite que su marido no va a dejar de trabajar ahora, después de dos meses parado". Detectives o no, las sanitarios no tienen competencias para 'ordenar' el aislamiento. "La labor que nos han encomendado se limita a advertir". En una sociedad sin vacunas, Esther lo tiene claro: "El objetivo de la desescalada también es lograr la inmunidad de rebaño. Eso solo se consigue cuando la mayoría de la gente se ha contagiado".

Las conclusiones preliminares de la encuesta serológica que publicó el Gobierno, dejó a España lejos de ese 70% de infectados, necesarios para hablar de inmunidad de grupo. Los primeros resultados del estudio, apenas apuntaron a un 5% de la ciudadanía con anticuerpos frente a la infección. "La mayoría de las PCR que hemos realizado hasta ahora han dado negativo", confirma Esther, aunque hace hincapié en que de estas pruebas solo se obtiene una imagen fija del brote. "La situación de la región puede cambiar de un día para otro porque el estado de cada ciudadano también puede hacerlo". Por el momento, la lista de contactos de cada nuevo positivo ronda las seis personas. Forman parte del listado todos aquellos con los que un infectado ha pasado más de 15 minutos a menos de dos metros. "Ahora que Ciudad Real ha pasado a la fase 1, el escenario cambia y la red se amplía", reconoce.

Pies de plomo ante la protección de datos

Las 'rastreadoras' de Sanidad no siempre encuentran la colaboración que cabría esperar otro lado del teléfono. "Cuando preguntamos a un caso sospechoso de Covid que ha vuelto al trabajo sobre sus compañeros, a veces sortean la respuesta". Las contestaciones varían: "Unos dicen que no saben los apellidos del resto de empleados, otros que esa información nos la tiene que dar la empresa". En principio y al tratarse de un asunto de salud pública, la compañía debe colaborar, pero si no lo hace, los sanitarios no tienen potestad para exigir esta información. 

Además de leer entre líneas, este batallón de detectives tiene que andarse con pies de plomo para no vulnerar la intimidad de los pacientes. "Si llamamos a alguien para decirle que ha estado en contacto con un positivo, no podemos decirle quién es esa persona contagiada de su entorno", explica Esther, "Imagínate que se trata de un pueblo pequeño, ¡no podemos marcar al panadero y poner en peligro su negocio!".

Además, este batallón de detectives tiene que andarse con pies de plomo para no vulnerar la intimidad de los pacientes. "Cuando llamamos a alguien para decirle que ha estado en contacto con un positivo no podemos decirle el nombre de la persona contagiada", explica Esther, "Imagínate que se trata de un pueblo pequeño, ¡no podemos marcar al panadero y poner en peligro su negocio!"

Somos 24 'rastreadores' pero van hacer falta muchos más

La joven acaba de terminar su formación como enfermera de Atención Primaria y ha firmado un contrato por un año para controlar, paso a paso, la evolución del brote en la región. "Es una buena oportunidad", reconoce. Y es que, a diferencia de en Medicina, las especialidades en Enfermería no suponen ninguna garantía de que las profesionales acaben trabajando en la rama para la que se han formado. "Nos colocan según las necesidades del sistema, salvo a las matronas". El Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (Sescam), pensó en ellas como las más preparadas por su dominio del sistema informático de los centros de salud de la región, pero también como un reconocimiento a su especialidad. Otra de las razones por las que Esther no se lo pensó dos veces antes de firmar.

"Ahora el equipo lo formamos 16, pero a finales de esta semana seremos 24". Desde una sala del Hospital General de Ciudad Real, el grupo lleva desde el 15 de mayo fotografiando, instantánea a instantánea, el avance de la pandemia en la región. El sistema es el siguiente. Cuando un casos sospechoso llega a cualquier centro de salud de la provincia, el médico de Atención Primaria lo notifica en el sistema. La alerta salta en la sala del hospital donde Esther se sienta cada mañana, cuando el reloj marca las ocho. "Vamos a necesitar refuerzos porque, ahora que los médicos tienen más margen para pedir los test, mucha gente está acudiendo a consulta para que le hagan la prueba". Con síntomas o sin ellos, nadie quiere quedarse con la duda.

Castilla-La Mancha cuenta con un equipo de rastreo por provincia cuya labor es crucial ahora que todo el territorio está en fase 1 y, lugares como Cuenca y Guadalajara, aspiran a pasar a la siguiente el próximo lunes. Cada día a las enfermeras investigadoras trasladan sus balances a la Consejería de Sanidad manchega y esta, a su vez, comparte los casos con Sanidad que anuncia los resultados del país sobre las 17 horas en la rueda de prensa diaria. Día a día el rastro de la Covid va ganando nitidez.

"Normalmente, los resultados de las PCR tardan entre 24 y 48 horas en llegar". En ese tiempo, todos son positivos hasta que se demuestre lo contrario. El médico es quien solicita el test, también quien indica a los pacientes que deben permanecer aislados. "Es después cuando nosotros llamamos a la persona para someterle a la encuesta serológica". El objetivo es claro: hay que resolver dónde se ha contagiado, cuándo se ha infectado y a quiénes ha podido transmitir el virus. Cuando ellas llaman, el médico ya ha recetado el aislamiento, pero los pacientes no siempre cumplen: "A veces sondeas a un paciente que, en principio, no podría salir de casa y oyes el ruido de la calle o los intermitentes de fondo"

Las CCAA lograron del Ejecutivo la libertad para armar sus equipos de rastreo según sus consideraciones. Las directrices del Gobierno central fueron tan amplias que no precisaron siquiera si esta labor tenía que recaer en los profesionales sanitarios. En total, se habla de cerca de 2.300 'fichajes' en todo el país solo para el monitorio de contagios. "En el caso de Castilla-La Mancha, muchas de las 'rastreadoras' son enfermeras de zonas como Andalucía, que vinieron para apoyar en los momentos más críticos", detalla Esther. Con la mira puesta en otro paso al frente hacia la "nueva normalidad", la falta de disciplina de los ciudadanos se hace más peligrosa. "Nosotras tratamos de remover conciencias". La empatía, a diferencia del virus, no se puede acotar.

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