"Apenas hemos dormido"

Sofía, médica de Urgencias: "Oímos sus aplausos, pero su mentalidad no cambia"

Sofía, médica de Urgencias
Sofía, médica de Urgencias
La Información

"Los sanitarios oímos los aplausos, pero lo que vemos en consulta es que la mentalidad no ha cambiado". Sofía Labrador tiene 30 años y acaba de terminar la residencia. Lleva cuatro años haciendo guardias en las Urgencias del Hospital Universitario de Jerez de la Frontera: "Lo de salir a aplaudir ha sido una vía de escape personal pero, cuando se ha abierto el confinamiento, he vuelto a atender a padres que me traían a Urgencias a sus hijos por mocos". La vida en la ciudad gaditana será diferente desde este lunes. Como el resto de la provincia, los jerezanos se han ganado el pase a la Fase 1. La médica asegura que la región estaba preparada para este salto de escenario, pero pide no bajar la guardia: "Si no se tiene cuidado, los pacientes con Covid volverán a las salas de Urgencias y se 'contaminarán' los circuitos limpios del hospital".

En un mundo sin vacuna el alivio es frágil y el Gobierno ha contemplado los pasos atrás en su 'Plan de Desescalada'. Sofía insiste en una llamada con La Información: "No podemos bajar la guardia... el bicho sigue por ahí". El estado clínico de las plantillas es crucial para afianzar cada paso de esta nueva fase pero, en este campo, tampoco hay demasiadas certezas. "Aquí solo hacen PCR a los profesionales que han estado en contacto con pacientes diagnosticados como Covid", explica Sofía, "A mí solo me han realizado un test rápido que ha dado negativo, pero su fiabilidad no pasa del 30% asi que no puedo estar segura". La profesional se hacía eco de esta realidad en Twitter: "¿Me lo creo o no me lo creo?", lamentaba en su mensaje.

¿Los cambios que esta viviendo la Sanidad serán permanentes? Tras su paso por Pediatría, Sofía contesta con contundencia: "El comportamiento de la población no ha cambiado". Durante las semanas duras del estado de alarma, la profesional asegura que los padres se lo pensaban dos veces antes de llevar a sus hijos por Urgencias: "Si los menores han estado durante un mes sin ir al médico por cuestiones no urgentes, ¿por qué cuando coincide la salida de los niños los veo por mocos?". La sanitaria descarta la atención telemática como una opción a futuro: "Ha sido momentáneo, pero no es  viable mantener una consulta telefónica porque el volumen de pacientes que recurriría a ella sería aún mayor". Cuando las plantillas ya van justas para la asistencia diaria, abrir un canal adicional para una población que, por lo general, no hace un buen uso de la urgencia multiplicaría la presión asistencial

De los tres distritos sanitarios que componen el área de Cádiz, el de Jerez-Costa Noroeste es el que más casos ha registrado. De los 1.232 casos diagnosticados por PCR que acumula -hasta el 10 de mayo-, la provincia, un total de 347 se registraron en el área sanitaria donde trabaja Sofia.  Ante la pregunta de si se han visto 'cortos' de personal durante la pandemia, la profesional contiene una carcajada: "Aquí siempre faltan manos". Y es que, para todo el distrito sanitario, con una población de 341.111 personas, el suyo es el único hospital. Si se habla de decesos, en la provincia gaditana han fallecido 142 pacientes, 45 en el área jerezana.

A lo largo de esta crisis, Sofía ha visto de cerca a compañeros que han pillado el virus. Como en el resto del país, los equipos de protección tardaron en llegar. La profesional habla con contundencia: "Nos han tenido totalmente desprotegidos, como mandarnos a la guerra sin escudo, sin armas...". La sanitaria asegura que, en los centros de salud, "las mascarillas iban con nombre y apellidos", mientras que en el hospital, "te daban una o dos para una guardia de 24 horas"

Las cifras hablan por sí solas. Andalucía acumula 3.497 profesionales  con Covid diagnosticados por PCR. Ocho han muerto. Si se estrecha el cerco al área sanitaria de Jerez-Costa Noroeste, los profesionales contagiados son 90 y uno de ellos ha fallecido. Del total, 79 casos se dieron en el ámbito sanitario, mientras que 11 se produjeron en centros sociosanitarios. La peor parte se la llevan las TCAES (Técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería), con 35 afectadas. Le siguen las enfermeras con 24, los médicos con 12 y los dceladores con 5.  Mientras que el único fallecimiento del distrito sanitario fue el de un empleado del servicio de limpieza de 59 años que no logró sobreponerse a la infección, después de estar cerca de un mes ingresado en la UCI.

Cuando el agotamiento es costumbre, las guardias de 24 horas suponen una dificultad añadida. Con un cielo recién amanecido, Sofía entraba en el centro de salud cuando el reloj marca las 8:00 horas. Casi toda la mañana transcurría pegada al teléfono -"atendíamos y controlábamos los casos telemáticamente"-.  "A las tres del mediodía me iba al hospital, allí comía y trabajaba hasta las ocho del día siguiente, normalmente en las Urgencias y otras veces en la ambulancia". Hace tiempo que el virus tomó las riendas de la vida de los sanitarios: "Lo de dormir no se lleva muy bien".

La angustia por la falta de protección se hacía más grande dentro de la ambulancia: "A veces ibas a una treintena de casas, en un espacio cerrado, sin ventilar, sin saber si la persona que se ha montado contigo tiene el bicho". La Covid también ha condicionado sus relaciones privadas: "Llevo más de cincuenta días sin abrazar a mis padres, como mucha gente y con una doble presión porque tenemos que protegernos a nosotros para poder cuidar a los demás".

A la espera de un contrato, tras más de 10 años de formación

La Covid pilló a Sofía en la recta final de su etapa como residente: "Cuando el Gobierno habló de prorrogar los contratos de MIR nos quedamos con la boca abierta". Sofía recuerda que entre ellos ya hablaban de esta posibilidad, aunque "sabíamos que era inviable".  Cuando la idea trascendió, "hubo movimiento, se crearon grupos de Whatsapp y todas las asociaciones protestaron". El Gobierno dio marcha atrás y desistió de una medida que hubiera supuesto extender unas condiciones precarias para los 'héroes' del Sistema Nacional de Salud: un sueldo base cercano a los mil euros y complementos por guardias.

"Hubiera sido la gota que colmase el vaso, después de seis años de carrera, dos de oposición y cuatro de residencia", denuncia. Ahora su situación es otra. "Ya puedo decir que soy F.E.A (Facultativo especialista de Área) de Medicina familiar y Comunitaria", escribía la sanitaria en un tuit que, "sin quererlo", ha superado los 2.000 'Me gusta'. Aunque gran parte de su labor como MIR se ha desarrollado en las Urgencias, en este país aún no existe esta especialidad: "Son unidades que se cubren con personal en plantilla pero, sobre todo, con sanitarios con contratos de guardias". 

Sofía volverá a ceñirse la bata en junio. Es fácil firmar un contrato ahora, cuando el azote de la Covid convierte en imprescindibles todas las manos. Las condiciones ya son otra historia. "Estoy pendiente de un puesto concreto, pero no voy a hablar más, no quiero chafarlo". En un país donde los sanitarios viven más atemorizados por la temporalidad que por el virus, que la superstición haga mella en los 'héroes' no resulta extraño.

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