Un muerto y cuatro heridos por violencia sectaria en el noreste de Birmania

  • Al menos una persona murió y otras cuatro resultaron heridas hoy en acciones de las fuerzas de seguridad para contener los disturbios surgidos en el noreste de Birmania (Myanmar) a causa de la violencia sectaria, informó la televisión estatal.

Bangkok, 29 may.- Al menos una persona murió y otras cuatro resultaron heridas hoy en acciones de las fuerzas de seguridad para contener los disturbios surgidos en el noreste de Birmania (Myanmar) a causa de la violencia sectaria, informó la televisión estatal.

La portavoz presidencial, Ye Htut, indicó al citado medio que los efectivos de la Policía se vieron obligados a hacer disparos al aire en la ciudad de Lashio, de la región Shan, con el fin de disolver a los grupos de alborotadores que recorrían las calles.

Varias decenas de edificios, incluida una mezquita y un orfanato, fueron devorados por el fuego provocado durante los enfrentamientos librados en esta localidad entre pobladores de religión budista y musulmana.

Las autoridades birmanas declararon la noche del martes el toque de queda en Lashio y desplegaron a efectivos militares y policiales, en un intento destinado a acabar con esta nueva ola de violencia sectaria.

El Gobierno birmano ha condenado en un comunicado los disturbios, hecho un llamamiento a la población para que se calme y se abstenga de salir a las calles de Lashio hasta que las fuerzas de seguridad hayan recuperado el pleno control.

El detonante de la violencia sectaria fue esta vez el ataque de un hombre musulmán a una mujer budista a la que prendió fuego.

Según los medios estatales, la víctima, de 24 años, sufre quemaduras en el pecho, espalda y manos, aunque su condición es estable.

Un varón, de 48 años, fue arrestado por el ataque después de que decenas de monjes budistas se concentraran a las puertas de la comisaría de policía local.

El año pasado, la violación y asesinato de una joven budista a manos de varios musulmanes en el estado de Rakhine (oeste) desató una ola de violencia sectaria que causó 163 muertos y más de 100.000 desplazados, de los que gran parte aún continúan en campamentos de refugiados.

Otras 43 víctimas mortales fueron contabilizadas el pasado marzo durante un rebrote de los disturbios en las provincias centrales del país, que además ocasionaron 12.000 desplazados, tras una discusión entre los dueños musulmanes de una tienda de oro y clientes budistas.

La ONU, Estados Unidos, la Unión Europea y los gobiernos de otros países han expresado su preocupación por que los disturbios puedan contribuir a descarrilar las reformas que acomete Birmania después de casi medio siglo de regímenes militares.

Birmania tiene cerca de 60 millones de habitantes, de los que el 89 por ciento son budistas, un cuatro por ciento musulmanes y el resto de otras religiones.

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