Un papa latinoamericano es la respuesta a la fuga de católicos en la región

  • Uno de los principales desafíos del papa Francisco será detener la sangría de fieles en América Latina, región que concentra cerca del 40 % de los católicos del mundo y en donde crecen como espuma las iglesias evangélicas, dijeron hoy especialistas.

Carlos A. Moreno

Río de Janeiro, 14 mar.- Uno de los principales desafíos del papa Francisco será detener la sangría de fieles en América Latina, región que concentra cerca del 40 % de los católicos del mundo y en donde crecen como espuma las iglesias evangélicas, dijeron hoy especialistas.

La elección de un papa procedente de un país en desarrollo, específicamente de uno latinoamericano, puso en evidencia el deseo de la Iglesia de mirar hacia fuera de Europa, hacia el hemisferio sur y hacia regiones en donde el catolicismo aún es dominante o tiene potencial de crecimiento, según los especialistas consultados.

De acuerdo con un sondeo divulgado el mes pasado por el Pew Research Center, Europa dejó de ser mayoritaria entre los católicos, posición asumida por América Latina, en tanto que las regiones en las que esta fe crece actualmente con mayor dinamismo son el África subsahariana y Asia.

"Es lógico que ese fue uno de los motivos para la elección del cardenal argentino Jorge Bergoglio. Se trata de darle al papa un rostro que lo aproxime más al hemisferio sur, a Latinoamérica y a los pobres", dijo a Efe Douglas Cabral Dantas, profesor de Cultura Religiosa de la Pontificia Universidad Católica (PUC) de Minas Gerais.

En su opinión, con la elección del jesuita argentino la Iglesia consigue darle giro a su rumbo y al mismo tiempo responder al desafío de su desangre en América Latina, reforzar su crecimiento en países de Asia y África, y desviar la atención sobre Europa, "principal polo de los escándalos".

"Los cardenales electores del papa pensaron en varias cosas cuando votaron por un latinoamericano, entre ellas que América Latina es la región con la mayoría de los católicos en el mundo y en la necesidad de mantener esa mayoría", según Ildo Bohn, secretario de información del Centro de Estudios Bíblicos (CEBI) de Brasil.

Para los teólogos, la elección de un jesuita también tiene el simbolismo de reforzar la evangelización fuera de Europa, dada la larga tradición de esa orden como misionera en lugares remotos.

Según Luiz Paulo Horta, miembro de la Academia Brasileña de Letras y especialista en el Vaticano, con un jesuita argentino la Iglesia muestra su disposición a abrirse más al mundo.

Según el sondeo del Pew Research Center, el número de católicos en el mundo saltó desde unos 291 millones en 1910 hasta 1.100 millones en 2010, pero la participación de los europeos en esa comunidad cayó en esos cien años del 65 al 24 %.

En el mismo periodo los católicos latinoamericanos subieron de 70 a 425,5 millones de almas, lo que supone que su participación pasó del 24 % a comienzos del siglo XX al 39 % en 2010.

El número de católicos en Asia y Oceanía era de 130,5 millones en 2010 (12 % del total), y en África y Oriente Medio era de 177,1 millones (17 %).

Mientras que hace un siglo Francia e Italia lideraban la lista de países con mayor número de católicos en el mundo, esas posiciones son ocupadas hoy por Brasil (126,7 millones) y México (96,4 millones). Colombia es sexto en la lista con 38,1 millones y Argentina undécimo (31 millones).

Italia (49,2 millones) cayó al quinto lugar porque también fue superada por Filipinas y Estados Unidos.

Sin embargo, a pesar de la esperanza que América Latina representa para el catolicismo, esta fe viene perdiendo espacio en la región.

Hace cien años el 90 % de los latinoamericanos se declaraba católico, porcentaje cayó al 72 % en 2010.

Ese espacio, según admitieron los obispos que participaron en 2007 en la V Conferencia del Consejo Episcopal Latinoamericano y del Caribe (CELAM), realizada en la ciudad brasileña de Aparecida con la presencia del papa Benedicto XVI, fue ocupado por los evangélicos.

Según datos del Censo, la proporción de católicos en Brasil cayó del 83 al 64,6 % entre 1980 y 2010, en tanto que la de evangélicos subió del 15,4 al 22,2 % entre el 2000 y el 2010.

En México, igualmente según el Censo, los católicos representaban el 98,2 % de la población en 1950 y el 83,9 % en 2010, en tanto que los evangélicos pasaron en el mismo periodo de ser el 1,28 a casi el 8 %.

El CELAM diagnosticó en 2007 tanto la fuga como las causas de esa evasión, pero hasta ahora no ha anunciado ninguna transformación que pueda contener la sangría, según los especialistas.

"La fuga de católicos en la región obedece a la adopción por parte de la Iglesia de una posición muy tradicional, totalmente presa al pasado y sin acompañar la modernidad", asegura Bohn, quien dijo esperar que el papa Francisco aproxime la Iglesia al modelo propuesto por el Concilio Vaticano II.

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