Croacia, el difícil y cruel despertar de un sueño

Después de ganar 2-1 a España y acabar líder del grupo D, todos ensalzaron a Croacia como una de las grandes favoritas a conquistar la Eurocopa y los propios integrantes del equipo empezaron a sentirse temidos. Por eso la eliminación del sábado en octavos de final ante Portugal (1-0) resultó, por inesperada, especialmente dolorosa.

Las imágenes de Luka Modric llorando sin consuelo en el césped del estadio Felix Bollaert de Lens resumían a la perfección lo ocurrido. También el gesto casi desencajado de Ivan Perisic, que en un alarde patriótico se había teñido parte de su cabeza con los cuadros rojos tan característicos de su país.

A la hora de abandonar el estadio, los croatas se debatían entre la perplejidad, la desolación o el simple y puro enfado por su mala suerte.

"Nos ha ganado un equipo que no hizo nada. Creo que no he visto tantas lágrimas en un vestuario", lamentaba Ivan Rakitic antes de abandonar el estadio.

"Se va el mejor equipo de la Eurocopa", llegaba a decir con amargura, asegurando que ahora no iba a ver el torneo, que quería olvidarlo cuanto antes y hacer como si no existiera.

En la conferencia de prensa posterior al partido, el seleccionador Ante Cacic, en tono bajo y con la cara muy triste, se lamentaba por el infortunio de los suyos, que tuvieron las mejores oportunidades, llevaron la iniciativa, pero vieron cómo Portugal ganaba con un gol de Ricardo Quaresma en el 117, en una de sus contadísimas aproximaciones a los dominios de Danijel Subasic.

"No siempre el mejor equipo gana y eso pasó esta noche", señaló, admitiendo que él era "optimista" antes del partido por todo lo bueno que había mostrado el equipo en la primera fase.

Los números del partido de octavos evidenciaban lo ocurrido, con casi el 60% de posesión para los croatas, que superaron clarísimamente los pases que dieron los portugueses (719 contra 498). Dominio y fútbol de toque para terminar ahogándose en la orilla y ver cómo los lusos, con su único disparo entre los tres palos, conseguían el billete a cuartos de final.

"Vamos a tratar de aprender la lección para el Mundial de Rusia", se consolaba Cacic.

Las eliminatorias para esa Copa del Mundo comienzan en septiembre y Croacia será la gran favorita de un grupo I complicado, donde están otras tres selecciones participantes en la Eurocopa-2016 (Islandia, Ucrania, Turquía), además de Finlandia y la debutante Kosovo.

Al Mundial de Rusia, dentro de dos años, la actual generación croata llegará en un momento de madurez, pero con la presión de que para muchos será seguramente su última Copa del Mundo.

En 2018, Modric tendrá 32 años, los mismos que Mario Mandzukic. Rakitic 30, mientras que Perisic o Milan Badelj todavía no serán treinteañeros (29).

La generación, por lo tanto, tiene opciones de llegar en un gran nivel a esa cita de Rusia, sobre todo teniendo en cuenta que los pesos pesados del equipo están acostumbrados al fútbol competitivo y están bien considerados en varios de los grandes clubes del continente.

Tendrá el objetivo de emular a la generación de Davor Suker y Robert Prosinecki, tercera del Mundial-1998, y de sacarse la espina de esta Eurocopa de Francia-2016 en la que mereció mejor suerte.

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