Alonso regresa a McLaren siete años después

El 15 de enero de 2007 el Palacio de las Artes y las Ciencias de Valencia acogía la presentación de una escudería McLaren que lo tenía todo a favor para subirse a lo más alto del podio en un campeonato del mundo de Fórmula 1 bajo la dictadura de Fernando Alonso. El piloto español, que venía de conseguir dos campeonatos del mundo, salió de los brazos de Flavio Briatore, su padre profesional, para ser acogido en una casa británica que era un ejemplo de modernidad e innovación.

Ese día, en la presentación del equipo plateado, el piloto asturiano, que había levantado una auténtica marea azul gracias a unas victorias basadas en la destreza, tenía al lado a un poco conocido Lewis Hamilton que se había consagrado en el mundo de la GP2. El estatus dentro del equipo debía ser claro, Alonso para vencer y el joven inglés para aprender.Pero Lewis sorprendió desde el comienzo con tres podios consecutivos que le situarían como el primer piloto en la historia en conseguir semejante hito. En el gran premio de Indianápolis aparecieron los primeros contaos de enfrentamiento que se acentuarían en el GP de Hungría cuando el inglés desoyó las órdenes de su equipo (no debía dar una vuelta extra) y Alonso fue sancionado por bloquear a su compañero. A medida que pasaban las carreras ambos imponían el dominio de la escudería y los problemas afloraban entre ambos pilotos. Ahí, el equipo británico apostó por su joven baluarte y apartó a un doble campeón del mundo que ya tenía tomada la decisión antes de perder el campeonato del mundo en el circuito de Interlagos.

"La relación entre Fernando y yo es extremadamente fría. Eso está claro. Fernando tiene en su mente el firme convencimiento de que nuestra política, en la que cada piloto recibe el mismo tratamiento, no refleja su estatus de campeón del mundo. Él (Fernando Alonso) considera que su experiencia y conocimiento y lo que a él le aportó su anterior equipo (Renault) le hace merecedor de recibir dicha ventaja", agregó Dennis tras el incidente en Hungría.En la última carrera, Hamilton y Alonso tenían el mundial en el bolsillo pero la poca cooperación entre ambos acabó con Kimi Raikkonen en lo más alto del podio. McLaren había perdido una oportunidad histórica. Tras el paso fallido por McLaren, el asturiano decidió volver a Renault para dejar a parte la lucha de egos de un equipo que hace siete años no valoró a Fernando Alonso, el mejor piloto del momento.