Andreescu entra en la historia del tenis al ganar el US Open a Serena Williams

Bianca Andreescu celebra el US Open tras vencer a Serena Williams en la final. / EFE / EPA
Bianca Andreescu celebra el US Open tras vencer a Serena Williams en la final. / EFE / EPA

La joven canadiense Bianca Andreescu, de 19 años, se proclamó este sábado campeona del Abierto de Estados Unidos y entró de lleno en la historia del tenis mundial femenino. Su brillante victoria por 6-3 y 7-5 ante la estadounidense Serena Williams, de 37 años (campeona de 23 torneos de Grand Slam) incluidas seis ediciones del Abierto de Estados Unidos, la ha convertido en la nueva "reina" de Flushing Meadows y en una posible aspirante a recoger el testigo de la norteamericana cuando decida retirarse.

El triunfo y la manera en que Andreescu consiguió la victoria frente a Williams dejó muy claro que la nueva campeona, primera que gana el título en su debut en toda la historia del último torneo de Grand Slam, ha llegado a la elite del tenis mundial para quedarse.

Andreescu no podía tener una prueba de fuego más difícil que la de enfrentarse a Williams (que había arrollado hasta llegar a la final y tenía a 24.000 aficionados a su favor) y olvidarse de que jugaba su primera final de un Grand Slam.

Todo lo asimiló de una manera excepcional, incluso cuando después de tener 5-1 a su favor en el segundo set, desperdiciar la primera pelota de partido y ver como Williams lograba empatar a 5-5, recuperó la concentración, la calma, su mejor tenis y logró los dos juegos consecutivos que la catapultaron a la gloria.

Andreescu, sin estridencias, con naturalidad y sobre todo deportividad, se fue a la red a saludar a Williams, la gran derrotada, que a diferencia del año pasado frente a la japonesa Naomi Osaka, no montó ningún "show" y aceptó con clase que se había quedado por cuarta vez consecutiva a las puertas de alcanzar su título número 24 de Grand Slam e igualar a Margaret Court.

Luego Andreescu, convertida en la primera tenista canadiense que gana un "mayor", merecedora de la felicitación personal del Primer Ministro de su país, Justin Trudeau, tuvo que ser ayudada con una escalera para poder llegar al palco donde estaba su equipo y sus padres, y celebrar el histórico título, pero siempre con un control absoluto de sus emociones.

Eso fue lo que la hizo diferente frente a Williams, no solo por su mejor tenis, brillante hasta el 5-1 del segundo set, sino por la madurez mental que posee y el espíritu de lucha permanente.

Su racha de 13 victorias consecutivas en los últimos dos torneos que ha disputado no es casualidad. Andreescu es real, es una tenista diferente, que posee un mezcla perfecta de poder físico, técnica, capacidad de anticipación a los golpes de la rival y gran fuerza mental.

Ahora Andreescu, que ya es la número cinco en la clasificación de la WTA, se une a la australiana Ashleigh Barty, la nueva número uno del mundo, y a Osaka, la dos, como ganadoras de la primera final de un Grand Slam que disputaron en los últimos 12 meses. La adolescente canadiense se une a Monica Seles en ese exclusivo club, después de haber sido la sexta mujer en alcanzar una final importante en cuatro apariciones en el cuadro principal o menos.

Andrescu, nacida nueve meses después de que Williams ganó su primer título de individuales de Grand Slam en el Abierto de Estados Unidos de 1999, tiene su tercer título de la temporada, tras conseguir los Premier 5 de Indian Wells y Toronto, tres de los torneos más importantes en Tour de la WTA. Además, tras ganar Indian Wells y luego el US Open, sigue los pasos de Osaka, Sharapova, la belga Kim Clijsters, Serena Williams, la alemana Steffi Graf y Seles.

Pero lo más importante y significativo de la trayectoria de Andreescu es que tiene una marca perfecta de 8-0 en los enfrentamientos con las tenistas que están clasificadas entre las 10 mejores del mundo, entre las que ahora ya se encuentra tras su histórica victoria en el Abierto de Estados Unidos.

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