Cinco claves que explican el título de Marc Márquez

Además de sus cualidades y de las de su moto, así como la siempre necesaria dosis de suerte, estas son cinco claves que permitieron al español Marc Márquez coronarse como campeón del mundo de MotoGP por tercera ocasión.

Conocido por ir siempre al ataque sean cuales sean las circunstancias, Márquez ha sosegado su ímpetu, mostrando un perfil más calculador.

Más allá de un derrape en el Gran Premio de Francia y una pequeña lesión en el hombro al irse al suelo en los ensayos en Austria, que no le impidió participar en la carrera, Márquez no tuvo que abandonar por caída ninguna carrera este año. Una regularidad que contrasta con los percances sufridos la temporada pasada. Desde mediados de temporada se ha mantenido al frente de la clasificación.

El monopolio en el reparto de las victorias ha sido una constante en las últimas temporadas en MotoGP. Pero este año "la banda de los cuatro", formada por Rossi, Lorenzo, Pedrosa y Márquez, ha tenido que lidiar con una nueva generación de pilotos. Así, hasta el momento, ocho pilotos diferentes han subido a lo más alto del podio, de los que cuatro nunca antes habían ganado en MotoGP, lo que ha contribuido a repartir los puntos.

En la lucha que mantienen desde hace cuatro décadas, Honda y Yamaha vieron cómo otros constructores, como Suzuki y Ducati, se colaban entre ambos. Honda, primer constructor mundial, para el que corre Márquez, al menos se lleva el campeonato, pero Yamaha, con Lorenzo y Rossi, no gana un Gran Premio desde junio, en Cataluña.

Mientras que a Lorenzo, y en menor medida a Rossi, les costó adaptarse al nuevo neumático Michelin, la vuelta del constructor francés a MotoGP parece haber afectado menos a Márquez.

Además, la obligación a todas las escuderías de utilizar el mismo programa electrónico, algo a lo que se opuso férreamente Honda, finalmente no ha sido tan perjudicial para la marca nipona.

La posibilidad de que Márquez se proclamase campeón en Japón, a tres carreras del final de temporada, era matemáticamente posible, pero muy improbable. Las caídas de Lorenzo y Rossi demostraron que la suerte se alió con Márquez, y dejaron un escenario en el que pocos creían antes del inicio de la carrera.

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