Deportistas insumisos: ellos se negaron a visitar a sus presidentes del gobierno

  • Cuando un deportista es invitado por el presidente del gobierno a su casa tras ganar un título, se supone que es un honor. No para todos: algunos se negaron a visitarlos. Tenían sus razones.
Tim Thomas, el portero de los Boston Bruins de la NHL
Tim Thomas, el portero de los Boston Bruins de la NHL
lainformacion.com
Quique Peinado
Quique Peinado

A nadie se le escapó hace unos días que Tim Thomas, el portero de los Boston Bruins de la NHL, no aparecía en la foto que todo su equipo se hacía con Barack Obama. El presidente, como es tradición, recibía al último campeón de la Stanley Cup, y el jugador se negó a ir.

Thomas publicaba un mensaje en su Facebook en el que trataba, según decía, de quitar peso político a su gesto. "Creo que el gobierno federal ha crecido fuera de control, amenazando los derechos, las liberades y las propiedades de la gente (...) No se trata de política o de un partido, porque ambos partidos son culpables de lo que ocurre".

Evidentemente, el mensaje de Thomas tiene un claro contenido político: el que marca el Tea Party, del que es reconocido simpatizante. El portero lleva dibujada en su máscara la bandera de Gadsden, símbolo del grupo, y Andrew Breibart, uno de los blogueros de cabecera del movimiento, lo ha definido como un "verdadero patriota del Tea Party".

No es el primero que se niega a ir a ver al presidente. En 1985 Dan Hampton, jugador de fútbol americano, no visitó la Casa Blanca porque, según sus palabras, "no soy un gran fan del tipo que vive allí". Era Ronald Reagan.

Un caso curioso es el de otro jugador de la NFL, James Harrison, que pasó de ir a la casa del presidente dos veces: en 2006 y en 2009. No se le puede acusar de partidista porque en la primera ocasión gobernaba George Bush y en la segunda, Obama. "Es una casa que no está en un barrio muy recomendable", bromeó Harrison, sin dar más explicaciones.

Pero esto no sólo ocurre en los Estados Unidos. El base de la selección argentina de baloncesto, Juan 'Pepe' Sánchez, dio plantón al presidente Eduardo Duhalde en la recepción por la medalla de plata del Mundial de Indianápolis en 2002.

Duhalde había sido colocado como presidente por el parlamento tras la dimisión de Fernando de la Rúa, en plena crisis económica que desembocó en el célebre Dorralito. "Éste es un presidente que no fue elegido por el pueblo, y como tal no pertenece a lo que es la democracia. Lo respeto, pero no me siento representado en absoluto", dijo Sánchez, ex jugador del Unicaja y el Real Madrid, para justificar su decisión

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