El equipo de José Ignacio Hernández necesita darse un baño de autoestima para no descolgarse en la clasificación del grupo e intentar tener un cruce de cuartos de final lo más favorable posible.
La recuperación de Amaya Valdemoro se antoja más necesaria que nunca para dotar al equipo nacional de todas las armas posibles para revertir la difícil situación en la que se ha colocado tras la derrota ante Francia.
Tras el tropezón inicial de las bálticas ante Grecia, eliminada a las primeras de cambio y que permitió a las letonas pasar a la segunda fase con el casillero de derrotas limpio, su marcha por el campeonato no hace sino afianzarse conforme pasan los partidos.
La victorias de Letonia ante Francia, Croacia y Polonia le permiten encabezar el grupo F junto a Montenegro y volver a figurar en el grupo de grandes favoritos al podio, tras el fiasco del pasado Eurobasket que organizaron.
La ausencia de Anete Jekabsone, la gran estrella letona de los últimos años, la suplen con la calidad y juventud de Sabine Niedola y Elina Babkina, bien acompañadas por Gunta Basko y Zane Tamane para conformar un equipo temible en el tiro y bajo los aros.
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