Inglaterra, una nueva generación en busca del Mundial

Guillermo Ximenis

Londres, 6 jun.- Una nueva generación de futbolistas ingleses afronta el Mundial de Brasil con motivación para tratar de pasar página a dos décadas decepcionantes en las que Inglaterra no ha logrado superar los cuartos de final de una Copa del Mundo.

La dolorosa derrota ante Alemania en los octavos de Sudáfrica 2010 (4-1) y la caída en los penaltis ante Italia en el primer cruce eliminatorio de la Eurocopa de 2012 han llevado al seleccionador Roy Hodgson a prescindir de algunos de los veteranos que lideraron a Inglaterra en esas citas y apostar por un puñado de jóvenes talentos que han brillado en la Premier.

El central del Chelsea John Terry, de 33 años, renunció a la selección poco después de Polonia y Ucrania, mientras que su compañero en la defensa "blue" Ashley Cole, también de 33, y el centrocampista del Manchester United Michael Carrick, de 32, han quedado fuera de la convocatoria.

Entre los 23 elegidos para viajar a Brasil ha quedado espacio libre para futbolistas con casi nula experiencia internacional pero que han deslumbrado en la liga inglesa como Rageem Sterling, extremo del Liverpool de 19 años, Ross Barkley, medio del Everton de 20 y Luke Shaw, lateral izquierdo del Southampton de 18 años.

Con todo, Hodgson no ha querido renunciar al liderazgo de Frank Lampard (35 años) y Steven Gerrard (33) para guiar a los jóvenes debutantes, ni al talento de su principal estrella, el delantero Wayne Rooney.

A sus 28 años, el atacante de los "diablos rojos" afronta su tercer Mundial y aspira a mejorar su imagen tras una temporada nefasta para el United, que ha quedado fuera de Europa por primera vez en 26 años.

El cambio generacional era una asignatura pendiente que Inglaterra arrastraba desde que el italiano Fabio Capello estaba al mando del combinado (2008-2012).

Hodgson ha tenido la excusa perfecta para acometer esa renovación de cara a un Mundial en el que las altas temperaturas y la humedad extrema del escenario amazónico donde Inglaterra jugará algunos de sus partidos convertirán el fútbol en un reto físico especialmente exigente para los más veteranos y la juventud de la plantilla podría ser una ventaja esencial.

Conscientes de esa dificultad, los ingleses, que debutarán el 14 de junio ante Italia en Manaos, al norte del país, han estado entrenando con tres capas de ropa encima en las últimas semanas para tratar de acostumbrar su cuerpo al calor que soportará en Brasil.

Tras el duelo ante Italia, Inglaterra se medirá en el grupo D a Uruguay, el 19 de junio en Sao Paulo, y Costa Rica, el 24 en Belo Horizonte.

Si bien Jack Wilshere, centrocampista del Arsenal, ha dicho que la selección "no se conformaría con llegar a semifinales", el propio presidente de la Federación inglesa (FA), Greg Dyke, alentó las dudas este año sobre las posibilidades de Inglaterra en Brasil al declarar que no espera que la selección esté en disposición de levantar la Copa del Mundo al menos hasta 2022.

El Mundial que ganó Inglaterra en 1966 jugando en casa queda demasiado lejos para gran parte de los aficionados locales, muchos de los cuales ni siquiera recuerdan la última vez que su selección accedió a unas semifinales, en Italia hace 24 años, con Bobby Robson en el banquillo.

El conjunto de los Tres Leones debe superar además su mala fortuna en las tandas de penaltis, que les han dejado fuera de la competición en seis ocasiones en los últimos veinte años.

Los ingleses cayeron desde los once metros en las semifinales de Italia, ante Alemania; en el penúltimo partido de la Eurocopa de 1996, también ante los germanos, en Wembley; en los cuartos de Francia 1998 frente a Argentina; frente a Portugal, en los cuartos de final de la Eurocopa de 2004 y en la misma ronda del Mundial de 2006, y, por último, ante Italia en 2012.