El piragüismo sigue dando medallas a España

EUROPA PRESS

El joven palista afincado en Palma de Mallorca y nacido en Oxford logró a sus 21 años la mayor gesta de su carrera al subirse a lo más alto del podio en su debut en una cita olímpica. Una carrera que, pese a su juventud, ha dejado de ser una promesa para convertirse en una realidad.

Su participación en estos Juegos estuvo en el aire hasta los últimos momentos. La tercera posición que consiguió en el Preolímpico disputado en Duidsburgo (Alemania) no le aseguró disputar los Juegos de Río. La incertidumbre no le hizo vacilar al campeón del mundo Sub-23, que llegó a Río gracias a una reasignación de plazas de la Federación Internacional de Piragüismo.

Nada ni nadie situaba a Cooper entre las apuestas para lograr la inesperada medalla de oro pese a sus logros en categorías inferiores. Una remontada épica a partir de los 500 metros finales dio la victoria al mallorquín ante todo pronostico. 21 años y mucho por dar al piragüismo español.

Su último año de preparación para el debut olímpico ha sido fundamental para que el piragüista consiguiera el metal. Toda una alegría inesperada para toda la expedición española y para el propio Cooper que cumple el sueño olímpico de todo deportista.

Un oro en aguas tranquilas para hacer honor a David Cal, el mejor deportista olímpico español, ausente tras su retirada el año pasado y que ganó hasta cinco metales en los Juegos. La presea de Cooper sube al medallero español después de que la guipuzcoana Maialen Chorraut lograra el pasado viernes su segunda medalla en unos Juegos.

El oro conseguido por la vasca en K1 en aguas bravas, tras la medalla de bronce lograda en Londres 2012, dan a su modalidad las dos preseas olímpicas históricas. Y es que los otros once éxitos del piragüismo nacional provienen de la modalidad de aguas tranquilas, con cinco de Cal, seguido de Herminio Menéndez con tres.

El piragüismo español se estrenó en el medallero olímpico en el año 1976 en Montreal con la plata en K-4 1000 metros con el cuarteto formado por Herminio Menéndez, Luis Ramos Misione, José López Díaz Flor y José Estebal Celorrio.

Cuatro años después, en Moscú 1980, llegaron otras dos nuevas medallas para el piragüismo con la plata conseguida en K2 500 metros a manos de Herminio Menéndez y Guillermo del Riego, y el bronce en K2 1000 metros con Herminio Menéndez y Luis Ramos Misione.

En los Juegos de Los Ángeles 1984, Enrique Míguez y Narciso Suárez conseguían en C2 500 la cuarta medalla para el piragüismo español, que atravesó una sequía de metales hasta Atenas 2004 cuando surgió del deportista olímpico español más laureado.

En la capital griego, un joven palista de Cangas do Morrazo se erigía en el gran protagonista, con la consecución de dos medallas, un oro en C1 1000 y una plata en C1 500, mientras que en 2008 ganaría dos platas en esas distancias, cerrando su ciclo con otra plata más en C1 500 en Londres. En la China, Saúl Craviotto y Carlos Pérez Rial se proclamarían campeones olímpicos en K2 500 metros, con el primero, en solitario en el K-1 200, ganando una plata más.

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