ESPAÑA ES EL TERCERO DE LOS PAÍSES RICOS CON MÁS TASA DE POBREZA INFANTIL, SEGÚN UNICEF

España es el tercero de los 41 países más ricos del planeta con mayor tasa de pobreza infantil, sólo por delante de Rumanía y Grecia, según un libro publicado por el Centro de Investigaciones Innocenti de Unicef (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia) que analiza el impacto de la crisis económica en los niños.
El estudio, realizado en colaboración con 16 organismos de investigación y hecho público este jueves, analiza la evolución de los efectos de la crisis económica en los niños entre 2008 y 2014, y señala que la pobreza infantil aumentó en dos tercios de 41 países analizados, pertenecientes a la UE y a la OCDE. Ese incremento fue de más de 15 puntos porcentuales en Chipre, Islandia y Grecia, y de entre siete y nueve puntos porcentuales en Hungría, Italia, Irlanda y España.
“En los países ricos, un gran número de niños se ha visto afectado por la crisis económica mundial, y la pobreza infantil ha aumentado en muchos de ellos”, explica Yekaterina Chzhen, de Unicef Innocenti, coeditora del libro y autora principal del capítulo comparativo de países, quien apunta que este estudio es el primero de ámbito internacional que analiza “los efectos de la crisis y las respuestas de los gobiernos, con especial atención a los niños en los países ricos”.
La mayoría de los 41 países analizados experimentaron caídas de su PIB de entre el 2% y el 9% entre 2006 y 2008, y de 2009 a 2014. Ocho países, entre los que se encuentran Irlanda, Italia y Grecia, sufrieron caídas de dos dígitos.
CAPÍTULO DE ESPAÑA
En cuanto a España, presenta la tercera tasa de pobreza infantil tanto en pobreza relativa como en ‘pobreza anclada’ (esto es, el umbral de pobreza no cambia cada año en función de los ingresos del conjunto de la población, al contrario que en la pobreza relativa, sino que fija la línea de pobreza en 2008).
Sólo Rumanía y Grecia tienen peores tasas que España, cuya ‘pobreza anclada’ llegó a casi un 40% de la población infantil, con un aumento de nueve puntos porcentuales entre 2008 y 2014.
Además, el capítulo dedicado a España destaca de este país la elevada pobreza severa entre los niños y el crecimiento de la inequidad, puesto que la pobreza infantil ha aumentado de manera notable, pero ha crecido especialmente en los hogares con niños más pobres (un 56%), es decir, aquellos en los que viven cuatro personas (dos adultos y dos niños) con menos de 700 euros al mes u 8.400 euros al año.
Además, España es el tercer país, junto con Letonia y Chipre, en que más ha subido la diferencia entre la protección social a los mayores de 65 años y la que se proporciona a los niños. Es decir, durante la crisis se ha protegido de manera mucho más eficaz a los mayores que a los menores.
Respecto a las políticas de respuesta a la crisis en España, el estudio llama la atención sobre la poca capacidad que han tenido para atajar la pobreza infantil, ya que el conjunto de las políticas de protección social está muy fragmentado, poco orientado a los niños y resulta poco equitativo.
Esto se debe, entre otras causas, a que esas políticas están muy ligadas a ayudas relacionadas con las contribuciones a la Seguridad Social y a que muchas de las ayudas familiares son en forma de desgravaciones fiscales, de las que no se benefician los hogares con menos recursos.
Según el estudio, una medida fundamental para mejorar la escasa protección social a la infancia en España sería poner en marcha una prestación por hijo a cargo mucho más generosa y que llegase a un colectivo más amplio, si no universal.
Gabriel González-Bueno, experto en políticas de infancia de Unicef Comité Español, señaló que “abordar en España la pobreza infantil como política de Estado no puede esperar más”. “Demasiados niños y niñas en España ya han pasado su infancia en medio de la recesión, en la pobreza y en la privación. Todavía hay una oportunidad para que los presupuestos de 2017 comiencen a cambiar esa tendencia”, añadió.
OTRAS CONCLUSIONES
Por otro lado, el libro concluye que entre 2008 y 2014 no se invirtió en las familias y en los niños en Europa cuando más se necesitaba, ningún país europeo aumentó la media de gasto en prestaciones para las familias y dos tercios redujeron el gasto per capita, mientras que las prestaciones a las pensiones aumentaron de manera generalizada entre 2010 y 2013
Además, señala que los recortes en salud, educación y otros servicios públicos perjudicaron a las familias con hijos, la crisis y la austeridad resaltaron las marcadas desigualdades regionales (la pobreza infantil ‘anclada’ aumentó al 50% en el sur de Italia entre 2008 y 2014, y pasó del 23 al 27% en Irlanda del Norte, mientras que en Escocia, Inglaterra y Gales descendió entre dos y cuatro puntos).
Por último, el estudio indica que la pobreza infantil no aumentó en EEUU tanto como se esperaba, ya que la ‘anclada’ solo sufrió un leve aumento, mientras el desempleo prácticamente se duplicó, puesto que la ampliación de la cobertura de la red de Seguridad Social durante la crisis amortiguó el impacto de la pobreza ‘anclada’ en las familias con hijos.

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