El grupo aéreo IAG, propietario de la compañía británica British Airways y las españolas Iberia y Vueling, entre otras, ha rebajado sus previsiones debido al impacto desfavorable del Brexit y sus consecuencias sobre el mercado de divisas.
Para el conjunto de 2016, el grupo prevé un beneficio operativo de 2.500 millones de euros, o sea 7% más que en 2015, cuando alcanzó los 2.335 millones de euros. Al comienzo del año era mucho más optimista y contaba con unos 3.500 pero revisó sus pronósticos en julio, diciendo que no aumentaría más del 10%.
Y eso que su beneficio neto en el tercer trimestre progresó un 10%, situándose en los 930 millones de euros.
"La decisión británica en referéndum de salir de la UE acarreó una incertidumbre económica en el segundo y tercer trimestre de 2016. El grupo sufrió condiciones de negocio malas antes y después del voto, sobre todo en los viajes premium", explicó IAG en un comunicado.
El voto a favor del Brexit también creó "volatilidad en los mercados cambiarios". "El debilitamiento de la libra ocasionó un impacto en las filiales del grupo que obtienen sus ingresos en libras y redujo los beneficios", recalcó IAG.
Más allá del Brexit, el grupo explicó que su actividad se vio alterada en lo que va de año por los ataques terroristas en Europa y por las huelgas de los controladores aéreos.
En el tercer trimestre (julio a septiembre), estos factores negativos se compensaron parcialmente con las reducciones de coste y con la bajada de los precios del petróleo que ha permitido disminuir la factura de queroseno en casi el 19% de un año para el otro.
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