Más de dos millones viven solos

La angustia de los mayores ante el virus: "Si me contagio con esto voy a morir"

La angustia de los mayores ante el virus: "Si me contagio con esto voy a morir". / EFE
La angustia de los mayores ante el virus: "Si me contagio con esto voy a morir". / EFE

"Aquí estoy, esperando a la de la guadaña encerrada en casa. Sé que si me contagio me muero". María, de 84 años, vive en un pueblo del interior de Guipúzcoa. Vive sola. Tiene una salud delicada, con múltiples patologías de columna, de corazón, hepáticas, alergias e intolerancias alimentarias. Sus defensas físicas están bajo mínimos, pero sigue valiéndose por sí misma  y su cabeza funciona como un reloj. "Sigo todas las recomendaciones. No salgo de casa, me lavo continuamente las manos, uno de mis hijos, que vive al lado, me hace la compra y me la trae a casa y se ocupa de mí, pero tengo miedo. Creo que si me contagio no saldré de ésta. La sensación es que estoy aquí atrincherada en casa esperando a la muerte tras las cortinas. Es angustioso". Sus palabras reflejan el pánico de los mayores al Covid-19.

En España hay más de nueve millones de personas que superan los 65 años de edad. De ellas, más de dos millones viven solas. Luisa Fernández llegó a Madrid hace mucho -"en los años 50"- desde su pueblo de Badajoz, Jerez de los Caballeros. Tiene 78 años y está viuda. No tiene hijos y se encuentra en perfecto estado de salud, pese a su edad. Sus vecinos de la calle Sainz de Baranda de Madrid la ven a diario haciendo la compra, con su bastón, o sentada en uno de los bancos de la calle. "¿Qué tal, doña Luisa? "Bien, hijo, aquí tomando el sol". Es una conversación banal, pero habitual con sus vecinos desde hace muchos años.

Desde el viernes la situación ha cambiado. "Un sobrino me hizo la compra para unos cuantos días y ya ni salgo ni nada. Lo más, aquí en el balcón", dice. "Hay que ser responsables y no salir a la calle. Yo me encuentro bien pero toda precaución es poca y tenemos que estar en casa. Aunque parezca un campo de concentración. Aquí con la radio, la tele... Paso el tiempo. La pena es que no hay fútbol, con lo que me gusta". Y antes de despedirse dice: "¿Sabes qué es lo que más me impresiona? El silencio de la ciudad. No lo había sentido así desde los atentados del 11-M. Estás en el balcón y no pasa casi ningún coche ni se oye a nadie".

Esperanza no es una persona mayor, "solo tengo 56 años". Pero está viviendo el drama con el que los ancianos se enfrentan a la pandemia del Covid-19. "Mi madre tiene 82 años y vive en una residencia de Madrid capital. Yo vivo Torrelodones" (a 30 kilómetros de la ciudad). "Sufre de Alzheimer y la verdad no se está enterando de nada de lo que pasa. Hasta el miércoles, aunque estaban limitadas las visitas, yo, como familiar única de mi madre, podía ir un ratito a verla, pero tengo síntomas de catarro, de coronavirus, leves, pero me han dicho en mi centro de salud que debo de estar en casa, aislada. No he podido ir a ver a mi madre desde el miércoles pasado (cuando habla con La Información es domingo por la tarde) y estoy angustiada".

A  Esperanza, el personal de la residencia de ancianos le asegura que su madre está bien cuidada y que no debe preocuparse. "Todos los días hablo con ellos y me cuentan cómo se encuentra mi madre. Ella no se entera de nada y no sé si es mejor vivir así o angustiada porque te puedas contagiar del virus". La madre de Esperanza, como el resto de ancianos de la residencia, está bien, de momento, "no hay ningún positivo". Pero "como hija es duro estar así sabiendo que tu madre está en peligro y que no puedes estar junto a ella. Ayer, el personal de la residencia me dijo: 'Esperanza, tu madre, nos ha preguntado: ¿qué sucede que esa chica tan guapa que suele venir a verme? Hace tiempo que ya no la veo .¿Se ha enfadado conmigo?' Y eso te rompe el corazón", balbucea Esperanza entre lágrimas. "¡Maldito coronavirus!", exclama. "Tengo miedo de que mi madre, con lo delicada que está, enferme y yo no pueda estar allí para cuidarla".

Antonio y Pepa, 78 y 74 años respectivamente, viven habitualmente en Madrid, donde se jubilaron hace ya unos cuantos años. Él era trabajador de la Standard y ella trabajó, "desde los 20 hasta los 57 años", como limpiadora, "hasta que con 57 años me dieron una incapacidad por problemas de espalda". Ambos son naturales de Cantabria y pasan, "casi la mitad del año en la casa familiar de él, en la comarca del Pas en Cantabria, "en medio del monte". Como "el invierno éste ya no es ni invierno ni nada, a mediados de febrero nos vinimos a la aldea porque ésto nos gusta más que Madrid". Hicieron compra para tiempo en el pueblo, Vega del Pas, comprobaron que tenían leña suficiente, y se dispusieron a pasar un buena temporada "en medio de la montaña".

Antonio y Pepa están "bien de salud, aunque con los achaques propios de la edad" y él todavía conduce su viejo Volkswagwen Passat. "Nos íbamos a bajar a Madrid la pasada semana porque tenemos revisión en el médico, pero con esto del coronavirus...". A Antonio y Pepa, "nuestros hijos nos han dicho que ni se nos ocurra ir a Madrid, que aquí estamos bien. Les dijimos si querían que fuéramos a cuidar a los nietos ahora que no tienen cole, pero no nos dejaron". Y confiesan que "vemos todo como algo que sucede allí, en la ciudad, como que no te afecta, aunque te da miedo que llegue aquí también el virus. Además, como están venga que decir que los que más peligro tenemos somos los mayores..." 

Este matrimonio asegura que "no tenemos ni catarro ni nada. Estamos bien, respirando este aire puro de la 'tierruca'. Tenemos todos los teléfonos de urgencias y sanitarios a mano, hablamos con nuestros hijos todos los días..." Y aseguran que "hacemos vida normal. Para nada estamos confinados, como en las ciudades, porque aquí la casa más cercana está a medio kilómetro y hay un pequeño núcleo de población a un kilómetro. Salimos a dar un paseo por el campo, hoy no, que llueve, y normalmente los únicos seres vivos a los que nos encontramos son las vacas que están en el 'prao'".

El panadero "sigue viniendo todos los días", pero "este domingo ya no bajamos al mercado de Vega del Pas como hacemos todos los domingos cuando estamos por aquí". "Creo que se suspendió", tercia Antonio.  Lo que sí ha suspendido el ayuntamiento de Vega del Pas es la Feria del Sobao Pasiego y la Quesada prevista para los días 9, 10, 11 y 12 de abril, dentro del período vacacional de Semana Santa. "En Semana Santa vendrán nuestros hijos aquí y ya nos iremos con ellos de vuelta a Madrid", dice Antonio. "No sé si podrán venir ni si nosotros querremos o podremos volver a Madrid. Mientras no aparezca por aquí el virus ese estamos de maravilla aquí, aislados en la montaña", sentencia Pepa. La suya es una de las historias del coronavirus más positivas entre los más de nueve millones de mayores que viven en España. Los más vulnerables a la pandemia. "Voy a atizar la lumbre fuego echando un par de troncos", dice Antonio. "No me da miedo el coronavirus, solo respeto, ¿pero hasta aquí no llegará, no?"

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