Areva se hunde en bolsa tras reconocer que abandona sus objetivos financieros

  • Las acciones de Areva se hundieron hoy un 15,66 % en la Bolsa de París después de que el grupo nuclear francés reconociera su situación financiera crítica y el abandono de los objetivos financieros para los dos próximos años mientras pone orden interno.

París, 19 nov.- Las acciones de Areva se hundieron hoy un 15,66 % en la Bolsa de París después de que el grupo nuclear francés reconociera su situación financiera crítica y el abandono de los objetivos financieros para los dos próximos años mientras pone orden interno.

Los títulos de Areva habían cerrado ayer a 12,07 euros, antes de que la empresa admitiera "la suspensión de sus perspectivas financieras para 2015 y 2016", un anuncio que provocó una gran afluencia de las órdenes de venta, de forma que esta mañana a la apertura se cotizaban a 10 euros.

Llegaron a bajar durante la sesión a 9,30 euros, antes de finalizar a 10,18 euros, lo que significa que desde comienzos de año la compañía ha perdido un 46,42 % de su valor en el mercado.

La cúpula de la empresa va a cambiar, con la llegada como presidente del que fuera responsable ejecutivo de PSA Peugeot Citroen, Philippe Varin, al que se espera que acompañe como director general Philippe Knoche.

Areva, que había perdido 694 millones de euros en el primer semestre, no había conseguido remontar la situación, ni siquiera con un reforzamiento a comienzos de octubre de su plan de ahorro, acompañado de un recorte todavía mayor de sus inversiones y de una cesión de activos.

Detrás de esos resultados desastrosos está, en primer lugar, el fiasco de la central nuclear con tecnología EPR que está construyendo en Olkiluoto, en Finlandia, que lleva por ahora nueve años de retraso (en el mejor de los casos entrará en servicio en 2018).

Areva ha tenido que hacer provisiones de 3.900 millones de euros por este complejo que tenía que servir como escaparate para vender sus reactores EPR y además su cliente, la compañía eléctrica finlandesa TVO, le reclama una indemnización de 2.300 millones suplementarios.

El grupo francés, propiedad en casi un 95 % del Estado francés, también se ve lastrada igualmente por la adquisición de algunas minas de uranio que pagó muy caras y por una actividad en energías renovables insuficientemente rentable.

Más allá de esos problemas del pasado, Areva no despega porque su negocio nuclear se ve confrontado a la realidad del sector.

Así, en Estados Unidos los precios imbatibles del petróleo y el gas no convencionales suponen una seria competencia a la energía de las centrales atómicas.

En Japón, la reposición de las centrales tras el parón por el accidente de Fukushima se realiza muy lentamente.

Y en Francia, la central EPR que se está construyendo en Flamanville (noroeste), va a sufrir nuevos retrasos, ya que su operador EDF indicó ayer que su puesta en marcha se hará en 2017, un año más tarde de lo que se decía hasta ahora.

Eso va a significar un nuevo incremento de los costos de Flamanville (el Estado francés, accionista mayoritario también de EDF, podría tener que inyectar 2.000 millones de euros suplementarios).

Inicialmente, ese reactor de 1.600 megavatios tenía que suponer una inversión de 3.300 millones de euros, pero ayer la cifra oficial era de 8.500 millones.

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