Riesgo de suplantación de identidad 

El aumento de los fraudes con 'deepfakes' enciende la alarma en el sector financiero 

El impulso de la inteligencia artificial ha puesto a disposición de cualquier usuario métodos de creación de imágenes y audio falsas cada vez más realistas, que se pueden usar para estafar a los menos precavidos

Inteligencia Artificial
El aumento de los fraudes con 'deepfakes' enciende la alarma en el sector financiero. 
Pixabay

La popularización de la inteligencia artificial ha causado que cada vez sea más habitual encontrar videos o audios falsos generados con esta tecnología, que son casi imposibles de diferenciar de los reales. Se trata de 'deepfakes', una técnica que permite superponer el rostro o voz de una persona en un video o audio de otra.

Aunque esta tecnología se puede utilizar por motivos artísticos o simplemente para crear contenido humorístico, el uso fraudulento de material creado con inteligencia artificial se está convirtiendo rápidamente en una de las principales amenazas en el sector financiero. La digitalización de los procesos bancarios ha provocado que cada vez más transacciones se realicen por internet, y por lo tanto más clientes sean susceptibles a este tipo de engaños, según relata Bloomberg. 

Al igual que la aparición de nuevas tecnologías puede provocar una renovación en algunas actividades económicas, la innovación tecnológica también supone un impulso para el cibercrimen. La accesibilidad al software relacionado con la inteligencia artificial, que se puede adquirir online a bajos precios o incluso de forma gratuita, ha creado mayores facilidades para individuos que busquen estafar por internet.

Nuevos métodos para estafar

La suplantación de identidad lleva años siendo uno de los principales medios para estafar online, pero los 'deepfakes' hacen aún más complicado diferenciar cuándo nos están engañando, y pone en una situación de vulnerabilidad hasta a los usuarios con mayores competencias digitales. Hoy en día, un estafador no solo puede mandar un email suplantando ser un familiar o amigo pidiendo dinero, sino que puede crear un video o pista de audio falso emulando a esa persona de forma realista. Solo algunas fotos o 30 segundos de audio bastan para crear 'deepfakes' imposibles de distinguir sin software específico para ello, y la proliferación de las redes sociales puede poner ese material a disposición del timador.

Además de las llamadas estafas de ingeniería social, la inteligencia artificial facilita también el fraude por phishing, que consiste en hacerse pasar por una empresa de confianza, como puede ser una entidad bancaria, para hacerse con información del usuario o lograr rédito económico. Otros usos fraudulentos de la inteligencia artificial incluye la utilización de 'deepfakes' para superar procesos de autentificación online.

Los bancos toman medidas

Las pérdidas totales por cibercrimen y fraudes han aumentado rápidamente en los últimos años, según la empresa de asesoría financiera Bloomberg, y se espera que en la década entre 2015 y 2025 se triplique el coste provocado por estas estafas. Los principales bancos a nivel internacional señalan a este como uno de los principales problemas para la industria de las finanzas, y ya apuestan por invertir en métodos de protección y prevención de estas estafas para frenar la pérdida de confianza por parte de los clientes.

Para combatir los efectos de los 'deepfakes', bancos como el Commonwealth Bank of Australia o CommBank, el principal del país oceánico, están realizando inversiones en software desarrollado con inteligencia artificial que puede ayudar a detectar fraudes. El CommBank cuenta ahora mismo con tecnología que permite reconocer cuando el cliente realiza movimientos del ratón sospechosos o cuando el destino de una transacción no es fiable, e incluso bloquear la operación de forma instantánea.

Los sistemas de reconocimiento de 'deepfakes' se desarrollan basándose en técnicas como los modelos de procesamiento del lenguaje, que permiten detectar cuando existen patrones sospechosos, pero la tecnología utilizada para los fraudes avanza y se necesita una inversión constante en la investigación para su detección para poder hacer frente a métodos de estafar cada vez más sofisticados.

La comunidad internacional ya ha puesto el foco en la necesidad de implantar garantías para los clientes estafados, pero las entidades bancarias no quieren hacerse cargo de todo las pérdidas de los usuarios que hayan sufrido estos timos y señala la necesidad de educar a la ciudadanía en este nuevo tipo de engaños para poder prevenirlos.

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