Berlín y París alejan los temores en la zona euro

  • El primer ministro griego sacrificó el viernes a su impopular ministro de Finanzas para lograr la aprobación de un plan de austeridad con el que evitar la bancarrota del país, mientras las dos máximas potencias de la UE, Francia y Alemania, prometían continuar suministrando fondos a Atenas.

Reuters

Tras una semana de agitación política y violentas protestas en Atenas, el primer ministro Georgios Papandreu situó a su principal rival en su partido al frente del Ministerio de Finanzas, en un intento de unir a su fracturada formación en torno al plan de recorte de gasto, subida de impuestos y privatizaciones cruciales para asegurar más ayuda del FMI y la UE.

En Berlín, los líderes de Alemania y Francia, que habían estado enfrentados sobre el papel de los tenedores privados de bonos griegos en un nuevo paquete de rescate para Atenas, dijeron que habían acordado una solución intermedia que cuenta con el apoyo de París y del Banco Central Europeo.

El borrador del acuerdo entre la canciller Angela Merkel y el presidente Nicolas Sarkozy sobre un segundo paquete de rescate impulsó al euro y redujo las primas de riesgo sobre Grecia y otros países de la periferia de la zona euro tras una semana de agitación en los mercados.

"Francia y Alemania quieren un nuevo programa en vigor lo más pronto posible. No hay tiempo que perder", declaró Sarkozy en una rueda de prensa con Merkel.

El nuevo ministro de finanzas griego, Evangelos Venizelos, anterior titular de Defensa a quien se le ha añadido el cargo de viceprimer ministro, dijo en su primer comunicado a los periodistas: "El país debe ser y será salvado".

Los analistas dicen que ha sido la segunda opción de Papandreu, tras no haber conseguido persuadir al respetado ex vicepresidente del Banco Central Europeo Lucas Papademos, pero le permitió deshacerse de algunos ministros que habían obstruido las reformas.

El ministro de Finanzas saliente, Georgios Papaconstantinu, que negoció el primer plan de rescate de 110.000 millones de euros avanzado el año pasado y tenía la confianza de los prestamistas internacionales y los mercados financieros, fue apartado al Ministerio de Medio Ambiente, en una remodelación provocada por la crisis.

"Venizelos es políticamente poderoso, y eso podría venir bien para la aplicación de la consolidación fiscal, aunque no tiene historial en asuntos financieros", dijo el analista de UBS Alexander Kyrtsis.

Papandreu tratará de forzar una moción de confianza sobre el nuevo gobierno el martes, en un debate parlamentario que arrancará el domingo La reacción del mercado griego fue positiva y las acciones de los bancos subieron casi un 8 por ciento y la bolsa de Atenas ganó casi un 4 por ciento.

Lejos del abismo

Los mercados de bonos continúan atemorizados ante una posible suspensión de pagos griega y la mayoría de los economistas son mayoritariamente escépticos respecto a que Grecia pueda en algún momento pagar su enorme deuda, que ha alcanzado los 340.000 millones de euros, o un 150 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) anual del país.

Los cálculos de Reuters basados en los precios del coste de asegurar deuda (CDS) contra el impago a cinco años de Markit muestran que existe un 81% de probabilidad de que Grecia eventualmente quiebre, basándose en una tasa de recuperación al 40%.

Jim O'Neill, el presidente de Goldman Sachs Asset Management, dijo a Reuters Insider Television que el riesgo de suspensión de pagos griega estaba "acercándose" y criticó a los políticos europeos por discutir entre sí en público. "Es como un teatro", dijo.

Pero Michael Leister, analista en WestLB, dijo que el frente común mostrado por Sarkozy y Merkel había alejado a la UE "un par de pasos del abismo", reduciendo los temores de una quiebra desordenada a corto plazo.

El Banco Central Europeo y la Comisión Europea han advertido que cualquier implicación del sector privado que cause un impago o degradando la deuda griega a estatus de impago, podría suponer un daño devastador en la zona euro.

Ambos organismos se oponen a un plan del ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, para que tenedores privados de deuda griega canjeen sus bonos por otros que venzan siete años después, dando a Grecia tiempo para respirar.

Merkel se alejó de esa idea el viernes, diciendo que ahora creía que una versión más suave, basada en la Iniciativa de Viena de 2009 - un acuerdo voluntario de los bancos para mantener sus exposiciones al este de Europa en el peor momento de la crisis económica - era una "buena base" para un acuerdo sobre Grecia.

"Cuanto antes tengamos una solución, mejor", dijo, dejando a un lado la información de que Berlín quería retrasar un acuerdo hasta septiembre para tratar de forzar un papel mayor del sector privado.

Olli Rehn, máximo responsable económico de la Comisión Europea, dijo que confiaba en que el nuevo tramo de ayuda UE-FMI se liberará el mes que viene, y preveía que los ministros de Finanzas de la zona euro iban a tomar decisiones sobre el siguiente programa para Grecia el 11 de julio.

El anuncio de Merkel y Sarkozy causó una fuerte reducción de las tensiones en los mercados monetarios europeos, donde los bancos habían dado señales esta semana de dejar de prestarse entre sí por su exposición a Grecia.

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