Suerte efímera

El camionero que perdió 16 millones de la lotería en un año y su hermano trató de asesinarle

Gracias a la lotería, este camionero se hizo con un bote millonario que podría haberle solucionado la vida. Sin embargo, en solo un año lo perdió todo e incluso intentaron asesinarle por el dinero. Esta es su historia.

El camionero que perdió 16 millones de la lotería en un año y su hermano trató de asesinarle
El camionero que perdió 16 millones de la lotería en un año y su hermano trató de asesinarle
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¿Se pueden ganar 16 millones de dólares en la lotería y perderlo todo en un año? La historia de William 'Bud' Post demuestra que sí. Con poco más de dos dólares en su cuenta bancaria, este camionero de Pennsylvania (EEUU), consiguió hacerse con el bote de la lotería estatal. Sin embargo, su suerte no le duró mucho, ya que tan solo un año después había perdido la mayor parte de su fortuna e incluso había sufrido un intento de asesinato por parte de un sicario contratado por uno de sus hermanos.

Nacido en Erie, Pennsylvania, Bud había sido un trotamundos de la vida, yendo de trabajo temporal en trabajo temporal: desde cocinero en restaurantes de paso hasta conductor de camiones de circo. Pero en 1988 el destino se cruzó en su camino, cuando decidió empeñar uno de sus últimos bienes: un anillo. Con los 40 dólares que consiguió, le pidió a Ann Karpik, su casera y frugal novia, que comprara 40 boletos de lotería. Entre ellos, el que cambiaría para siempre su vida.

Ganar 16 millones en la lotería podría haber sido un final feliz para cualquiera, pero para Bud fue el inicio de una pesadilla. En las dos semanas siguientes a recibir su primer pago anual de casi medio millón de dólares, Bud ya había gastado 300.000. Intentó ayudar a su familia estableciendo negocios que iban desde un restaurante en Florida hasta un concesionario de coches usados. Incluso se compró un avión, aunque no tenía licencia para volar.

Intento de asesinato por hacerse con el dinero del premio

En 1989, apenas un año después de su golpe de suerte, su propio hermano intentó asesinarlo. Pagó a un sicario con la esperanza de heredar una parte del premio. La tentativa fue infructuosa, y el hermano acabó en la cárcel. Por si fuera poco, su exnovia y casera, Ann Karpik, lo demandó reclamando una parte del premio, alegando que habían acordado compartir cualquier ganancia. Tras tres años de disputa legal, un juez falló en su contra, obligándolo a cederle un tercio de los ingresos. Para entonces, los problemas financieros de Bud eran tan graves que el juez congeló los pagos de su lotería hasta resolver la disputa.

Para entonces, la vida de Bud se había convertido en un torbellino de enemistades y problemas legales. Fue arrestado por disparar un arma de fuego contra el coche de su sexta esposa, y más tarde fue encontrado en un yate de 260.000 dólares mientras intentaba evadir una sentencia de prisión por una condena de asalto. Al final de su vida, Bud acumulaba más de un millón de dólares en deudas. Así que se vio obligado a sobrevivir con cupones de recionamiento y una ayuda mensual de 450 dólares.

Su historia, que una vez fue el sueño americano hecho realidad, se convirtió en una parábola sobre los peligros de la riqueza no deseada y la avaricia. La historia de Bud Post no es única en los anales de los ganadores de la lotería. Sin embargo, resuena con un eco particularmente sombrío, un recordatorio de que el dinero, tan esquivo y volátil, puede ser un regalo o una auténtica maldición.

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