País clave en el sector 

El campo vigila el 'granero' de Ucrania ante el incremento de precios del cereal

Europa del Este ocupa un lugar destacado en el comercio global del trigo, que registra una revalorización del 10% en el mercado de futuros tras la escalada de tensión entre Kiev y Moscú.

Comienza la cosecha de cereal en CyL con rendimientos de entre 400 y 500 kilos por hectárea
Comienza la cosecha de cereal en CyL con rendimientos de entre 400 y 500 kilos por hectárea
EUROPA PRESS

“Habla Putin y sube el pan” dice Ramón García, agricultor sevillano, mirando sus más de diez hectáreas de cereal en los campos de Utrera (Sevilla) azotados por la sequía. El trigo cotiza ya en la bolsa de futuros de Chicago, a más de 302 dólares la tonelada y la misma tendencia siguen el resto de cereales. En las lonjas españolas su precio alcanza los 285 euros. En el último año, esta materia prima acumula una revalorización del 40% y desde que soplan vientos de guerra entre Rusia y Ucrania el ascenso ha sido del 10%, motivado por el peso que desempeñan las federaciones rusa y ucraniana, como 'graneros' de Europa.

El campo español está seco y asustado. Los costes de producción están disparados y los vientos de guerra que vienen del Este pueden alterar los mercados. De momento, la situación actual de precios puede parecer buena para los agricultores (el precio del trigo y el resto de los cereales jamás ha estado tan alto) y mala para los ganaderos, que ven como el coste que pagan por el pienso se ha disparado, “en casi un 40%”, en los últimos doce meses. “Pudiera parecer que quienes plantamos cereal”, cuenta Ramón, secretario general de COAG Sevilla, “nos beneficia un precio tan alto del trigo, la cebada o el maíz debido a la crisis de Rusia y Ucrania, pero en el fondo no es así. Los costes para sembrar han aumentado en un 50% también y no hay estabilidad en los mercados. En esta situación el precio puede dispararse o hundirse. Y a todo esto, la sequía tan atroz que padecemos. Quizás la cosecha este verano sea la mitad de lo esperado. No cae una gota de agua”.

Rusia y Ucrania tienen una importancia crucial en lo que respecta al comercio global de trigo. El país de los zares prevé exportar en esta campaña 35 millones de toneladas, mientras que Ucrania puede despachar 24 millones de toneladas. O sea, entre ambos, si la guerra no estalla, exportarán casi 60 millones de toneladas, el 28% del total comercializado a nivel mundial. Solo Ucrania produce 36 millones de toneladas de maíz para alimentación animal (quinto país del mundo) y 25 millones de toneladas de trigo tierno para la producción de pan (séptimo país a nivel global). Para hacernos una idea de los niveles de producción del ‘granero de Europa’ comparados con España, a nivel nacional se cosechan anualmente, seis millones de toneladas de cereales (trigo, cebada, centeno, averna, girasol, maíz...) en un año bueno. 

Fuentes de la lonja de Salamanca cuentan a La Información que en la subida de los precios de los cereales “está cotizando el posible riesgo bélico en Europa del Este, que implica al primer emisor  mundial de trigo -Rusia- y al segundo exportador de maíz que es Ucrania”. Y este posible conflicto “puede paralizar las exportaciones de ambos países a lo que habría que sumar las posibles sanciones a Rusia de la Comunidad Internacional”, remarcan.  España además, es deficitaria en cereales y compra a Ucrania el 15% de sus importaciones de trigo, el 30% de sus importaciones de maíz y el 60% de las de girasol, por lo que un agravamiento del conflicto puede tensionar la oferta y el coste de materias primas. De momento, el suministro funciona con normalidad, pero “si empeora puede acarrear consecuencias muy negativas”, sostiene el secretario general de la patronal de comerciantes de cereales (Accoe), José Manuel Álvarez. 

La balanza agroalimentaria con Ucrania es deficitaria para España, con un saldo negativo de 652,5 millones de euros entre enero y noviembre, según datos de la Secretaría de Estado de Comercio. A nivel nacional se adquirió aceite de girasol ucraniano por un valor de 371 millones de euros durante los once primeros meses del año 2021 y 357,27 millones de euros en maíz. Por otro lado, España exportó entre enero y noviembre a Ucrania productos por un valor total de 153,23 millones, principalmente merluza congelada (25,2 millones), aceitunas en conserva (13,7 millones) y vino (13,3 millones).

Si las tensiones alcistas de los precios del cereal en las lonjas internacionales no están aún más disparados, en buena medida se debe a que se espera a nivel global para esta campaña 2022/2023 una cosecha mundial ‘de récord’. Aunque se trata de un avance muy preliminar, el Consejo Internacional de Cereales (CIC) estima que la producción mundial de trigo podría aumentar de nuevo en la próxima campaña, por cuarta vez consecutiva y alcanzar una nueva marca histórica, por encima de la cifra de 781 millones de toneladas que el organismo estima para la campaña actual.

Aún así, desde el sector cerealista apuntan que "antes de esta crisis entre Rusia y Ucrania, el trigo tenía una demanda muy fuerte que hace que la relación entre el producto almacenado y el consumido se sitúe en uno de los niveles más bajos de la últimas campañas. Por ello, aunque este año se espera una producción récord, también se producirá un nivel de consumo alto, por lo que se reducirán las existencias y se presionarán aún más los precios”. Y mientras, en el ‘granero de Ucrania’, la zona de Donetsk, las ‘escaramuzas’ militares entre tropas leales al gobierno de Kiev y ‘prorrusos’ son continuas y la tensión geopolítica no cesa. 

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